El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha querido asumir este martes “la gravedad” de la crisis que atraviesa el Ejecutivo con Junts per Catalunya, cuyos votos son necesarios si la coalición pretende sacar adelante leyes en el Congreso de los Diputados. Los independentistas han alegado “incumplimiento de promesas” para justificar su ruptura con el bloque socialista y el mandatario español ha buscado dar un paso de cara a avanzar en estos acuerdos y reconducir la relación. “Asumo los incumplimientos denunciados y vamos a cumplir con los acuerdos”, ha garantizado.
Sánchez ha adelantado que la primera piedra que pondrá el Gobierno para reconstruir las relaciones será la aprobación, este martes, en el marco del Consejo de Ministros, de una Real Decreto-ley que incluirá una serie de medidas acordadas con los de Carles Puigdemont. La norma buscará, como ha adelantado en una entrevista concedida a Rac1, “facilitar y flexibilizar” inversiones de las entidades locales y ayuntamientos que no conlleven un gasto corriente. La "construcción de vivienda o la gestión de agua”, ha sido algunos de los ejemplos que ha puesto el presidente.
“Y un largo etcétera, que va a ser bueno para los ayuntamientos de Cataluña, pero también para los del conjunto del Estado", ha desarrollado. Otras de las medidas que se incluirán se centrarán en facilitar el cumplimiento de las obligaciones fiscales a las empresas, para lo que se ampliará el plazo para impulsar y promover la digitalización de los procesos de facturación.
"Y llevaremos en los próximos Consejos de Ministros un Real Decreto para crear una partida que ayude a los propietarios ante los impagos en caso de arrendamiento a jóvenes o a familias vulnerables", ha apuntado otra de las actuaciones que se acometerá, aunque con menos celeridad. Asimismo, ha garantizado que la foto con el expresident de la Generalitat “se producirá”, aunque ha deslizado que no será próximamente y que no se trasladará a Bruselas para que esta se produzca.
Presupuestos y financiación autonómica
La presentación y aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) es el próximo y principal escenario de conflicto que deberá atravesar el Gobierno y el presidente ha querido poner la tirita antes de que se realice la más que probable herida: “Podríamos seguir con los que tenemos hasta el final de la legislatura, sin duda, porque son buenos para la economía”, es la tesis sostenida. No obstante, y pese a la dificultad, el Ejecutivo lo intentará.
“No vamos a renunciar no solo a presentar los presupuestos sino también a tratar de aprobarlos porque merecen la pena y porque los grupos parlamentarios se sentirían más representados con unas cuentas del 2026”, ha trasladado. En la materia más puramente económica, la apuesta por un nuevo sistema de financiación autonómica, pactada con Esquerra Republicana (ERC), también ha hecho aparición. “Más recursos y multilateralismo”, ha defendido un nuevo sistema que reconozca “las singularidades de los territorios”.
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