El Gobierno cuenta cada vez con menos apoyos, pero aún tiene muchos compromisos a los que dar cumplimiento. Una de las últimas promesas pronunciadas por el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, fue la de presentar unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2026, independientemente de que estos sean capaces de reunir los votos para salir adelante. La coalición lleva con las Cuentas prorrogadas desde que se conformó y el divorcio con Junts per Catalunya complica todavía más que esto pueda cambiar, una herida abierta de la que las Comunidades Autónomas (CCAA) quieren hacer salir más sangre.

Por un lado apretará Cataluña, a través de los de Carles Puigdemont, y por el otro el resto de las autonomías, casi la totalidad de ellas en representación del Partido Popular (PP). Sin embargo, el Ministerio de Hacienda ha decidido seguir adelante y ha convocado para el próximo lunes el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), reunión a la que asistirán los territorios y de la que emanarán, de la mano del Gobierno, los pilares de las Cuentas nacionales. Es decir, la senda de estabilidad y deuda y el techo de gasto, necesarios para iniciar el camino de los PGE.

Una vez zanjado este encuentro, el Ejecutivo llevará al Consejo de Ministros, previsiblemente el próximo martes, lo acordado para activar el reloj de los Presupuestos. Con la senda de estabilidad para el periodo 2026-2028 aprobada se dará comienzo al periodo de negociaciones, que se espera que se alargue más allá del final de este curso, lo que impediría a Sánchez presentar el proyecto antes de concluir 2025, tal y como había anunciado que era su intención. Hacienda aprobará el techo de gasto y el Ejecutivo seguirá dando pasos, aunque más lento de lo esperado.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, deberá ponerse el mono de trabajo para debatir la propuesta de déficit con los grupos parlamentarios, antes de presentarla a debate en la Cámara Baja, donde serán debatidos. Su aprobación, según la cartera responsable, no condiciona la construcción de unos Presupuestos, discusión que lleva abierta varios años. En anteriores ocasiones, Montero ha propuesto dar más aire a las CCAA y Ayuntamientos de cara al saneamiento de sus cuentas, dejando más dinero en sus arcas para los servicios públicos, pero ni por esas consiguió el apoyo de las derechas.

Madrid advierte de su negativa por adelantado

Esta nueva cita no parece que vaya a ser más sencilla para Hacienda. A la presión habitual de los independentistas catalanes, agravada por la pataleta de los de Puigdemont, se suma la cada vez más beligerante oposición de los territorios del PP. Que Sánchez se dedicase este miércoles a repartir reproches y exponer a las CCAA conservadores este miércoles tampoco ha ayudado. Una de las más duras, la Comunidad de Madrid, ya ha advertido que mantendrá su postura nacionalista habitual, al más puro estilo independentista catalán.

La mandada por Madrid al encuentro con Montero será Rocío Albert, consejera de Economía, Hacienda y Empleo, que ya protagonizó una esperpéntica espantada en la anterior reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Comandando al resto de representantes del PP, abandonaron el encuentro sin ni siquiera vota, pese a que tenían mayoría, para castigar con un desplante a la segunda autoridad del Gobierno. De cara a este nuevo encuentro, la subordinada de Isabel Díaz Ayuso ya ha dejado claro que espera “poco” y ha criticado la lentitud en el proceso.

“En realidad, la senda fiscal nos las tenía que haber dado en el primer semestre", ha trasladado, asegurando que dar este paso ahora es "un tanto irrelevante" y solo se produce para "cubrir expediente" y, "sobre todo, por el compromiso que ellos han adquirido de presentar su presupuesto". Sin embargo, lo que más preocupa a la representante madrileña, autoerigida como salvaguarda de los intereses de España, son los catalanes, a los que ya les ha mostrado la beligerancia habitual con la que se desempeña su jefa.

Lo que nosotros vamos a hacer es defender los intereses de los madrileños y de todos los españoles, como no puede ser de otra manera", ha apuntado. Y como también se debatirá la cuestión de la financiación autonómica, disparada de forma generalizada en los últimos siete años, ha ahondado en la famosa quita de deuda para todas las CCAA. El sistema está “obsoleto” para Albert y hay que “modificarlo”, pero no quiere uno nuevo que pueda favorecer también a Cataluña. "Es un sistema con muchas capas, que es un sistema que se ha vuelto opaco, en el que se producen muchos desequilibrios”, ha trasladado.

Si bien cambiarlo solo sería “una justificación más para la financiación singular”. Ni comer ni dejar comer, una máxima de Madrid para mantenerse en el inmovilismo y paralizar el desarrollo institucional normal. “Vamos a trasladar nuestra disconformidad, pero esto no es una cuestión de Madrid, Canarias o Asturias o Castilla y León, sino que Cataluña es una región más, que no tiene ni reconocido en la Constitución española ni esa posibilidad que tienen en el País Vasco con el cupo vasco o en Navarra con el Concierto Navarro, y es una región de régimen común", ha zanjado la consejera.

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