El regreso de Carles Puigdemont a la política autonómica tras más de dos años de fuga se ha producido como si un elefante se adentrara en una cacharrería. El expresident y sus adeptos han provocado un nuevo cisma en el independentismo al romper con el PDeCAT. Esta guerra fratricida podría beneficiar a alguien totalmente ajeno, a Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno podría contar con cuatro votos favorables que allanarían el camino de sus Presupuestos.

La fragmentación entre el PDeCAT con Puigdemont y sus adeptos, quienes se han apropiado, de manera indebida según los herederos de CiU, de la marca JxCat, tendría una incidencia a todos los niveles. Esta ruptura afectaría a la estructura municipal, regional y, por supuesto nacional.

De hecho, los cinco senadores del PDeCAT han presentado su dimisión en bloque, así como varios concejales metropolitanos y el exconseller Lluís Puig. Se esperan más renuncias que mermarían sobremanera la estructura de los herederos de la antigua Convergéncia. De los 12.000 militantes, tan sólo 5.000 se mantienen al corriente de pagos. En este último grupo no se encuentra, por cierto, Carles Puigdemont, quien mantiene su carnet de la formación.

Cisma en el Congreso

La batalla de Puigdemont con los herederos de CiU llegaría no sólo se circunscribiría a Cataluña o al Senado, sino que también podría afectar al Congreso. De los ocho diputados que obtuvo JxCat, cuatro de ellos se mantendrían fieles al expresident. Esta facción estaría encabezada por Laura Borràs y Míriam Nogueras.

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La otra mitad, en cambio, liderada por Ferran Bel y Sergi Miquel, depositarían en el PDeCAT su lealtad. Este escenario, incluso, podría ser beneficioso para una parte totalmente ajena a esta ecuación. La insumisión de estos cuatro diputados allanaría el camino para que Pedro Sánchez sacase adelante sus Presupuestos.

El nuevo escenario

El jefe del Ejecutivo no va sobrado de apoyos para sus cuentas. Las relaciones con ERC no son las mejores. La paralización de la Mesa de diálogo y la aproximación de Ciudadanos al PSOE han provocado un alejamiento de los republicanos. Los afines a Puigdemont, encabezados por Borràs, también se posicionarían en contra de las Cuentas.

Sin embargo, la facción restante del PDeCAT, con Ferran Bel, se adscribirían a una estrategia más pragmática, según relata El Confidencial. Desde JxCat consideran que Bel mantendría el modus operandi mantendría la política de “más vale pájaro en mano” de la antigua Convergéncia.

Según esta tesis, de los cero votos que podría recibir Pedro Sánchez del independentismo en el Congreso, ahora obtendría hasta cuatro apoyos, el cuarteto de la facción convergente en el Hemiciclo.

Así las cosas, en este nuevo escenario que se esbozaría en la Carrera de San Jerónimo, Pedro Sánchez vería el camino más fácil para que sus cuentas salieran a la luz. Sin embargo, existe un pequeño inconveniente. Y es que el jefe del Ejecutivo necesitaría de la abstención de Bildu, ligada a ERC. Un movimiento complejo pues, como los republicanos, no ven con buenos ojos los coqueteos del PSOE con Ciudadanos.