La polémica de este martes, mientras el Gobierno ha aprobado la Ley de Memoria Democrática, ha estado centrada en el acto del lunes donde participó el líder del PP, Pablo Casado, junto al exministro Ignacio Camuñas. El ex de Vox negó la existencia de un golpe de Estado ante el silencio del dirigente conservador, lo que ha motivado al portavoz parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Gabriel Rufián, a censurar la actitud su actitud. “Cada vez más le marca la agenda Ayuso”, ha deslizado.

Rufián cree que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, “hace asalvajarse” a Pablo Casado porque es ella quién le “marca la agenda” al líder del Partido Popular. El dirigente republicano ha mostrado su preocupación porque personas como Camuñas “eran gente que hasta hace poco se callaba” y ahora dicen lo que piensan debido a la existencia de Vox y su presencia en el Parlamento. “Los salvajes están envalentonados”, ha agregado.

Ley de Memoria Democrática

El portavoz republicano en la Cámara Baja ha valorado la reciente aprobación de la Ley de Memoria Democrática, sobre la que ha lamentado que “se queda muy corta”. Ha recordado que su formación se opuso a la Ley de Memoria Histórica promulgada por José Luis Rodríguez Zapatero y ha defendido que el tiempo les dio “la razón”, amén de que el anteproyecto es “insuficiente”.

Rufián estima que el proyecto no es todo lo avanzado que debería ser y su posición “es muy contraria” al texto. No obstante, el portavoz de ERC en la Cámara Baja ha garantizado que facilitarán su tramitación y, para ello, presentarán las enmiendas pertinentes para “mejorarla”.

Ha enfatizado que la Justicia no tiene que ser “sólo punitiva”, sino que también ha de ser “restaurativa”. “No basta con levantar fosas”, ha abundado el republicano, quien ha subrayado la imperiosa necesidad de devolver el “patrimonio moral y económico a las familias de los represaliados”. Asimismo, ha puntualizado que se deben declarar “ilegales” las sentencias políticas”.

La posición de Esquerra Republicana de Catalunya pasa por la creación de un “banco de ADN” que sirva para la identificación y posterior exhumación de los restos de las 100.000 personas que permanecen en las cunetas, según estimaciones actuales. Sobre ello ha abundado en la comparecencia de prensa, desde donde ha invitado al Gobierno a “reflexionar” sobre su texto y sea consciente de que la derecha “no quiere hablar nunca del pasado” porque le “avergüenza”.