El Gobierno insiste con Doñana. Tanto en los prolegómenos de la sesión de control como durante el pleno, tanto Pedro Sánchez como Teresa Ribera han utilizado como ariete contra la derecha el proyecto de ley de la Junta de Andalucía para el Parque Nacional. “Cumplan con la legislación europea”, recriminaba el presidente del Gobierno a la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, mientras que la vicepresidenta segunda repelía los ataques conservadores en materia de sequía con la promesa de Alberto Núñez Feijóo del pasado fin de semana. En consecuencia, la titular de Transición Ecológica ha instado a los conservadores a recuperar la “sensatez” y retirar la propuesta.

La propuesta del presidente de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, sobre regadíos se ha convertido en una cuestión de Estado. Con las elecciones autonómicas y municipales en el horizonte, el Gobierno ha plantado batalla desde el minuto uno a las intenciones de la derecha andaluza de “llevar agua a donde no la hay”. Así lo ha descrito este mismo miércoles en sede parlamentaria la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Teresa Ribera, antes de afrontar las preguntas de PP y Vox sobre políticas hídricas en el pleno, ha despachado el asunto en los pasillos del Congreso, con un nuevo toque de atención a los conservadores después de advertir -por enésima vez- que elevará el asunto a los tribunales en caso de que la Administración autonómica se mantenga en sus trece.

Ya este pasado martes, Ribera deslizó que no estaba dispuesta a “hablar de ilegalidades”. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta tercera aseguró que abriría la puerta al diálogo cuando la Junta de Andalucía pusiera sobre la mesa un “marco legal y compatible con el derecho europeo”. En los pasillos del Congreso, la responsable de Transición Ecológica ha profundizado en este aspecto y ha avanzado que no volverá a telefonear al presidente andaluz: “La otra vez llamé yo. Si él quiere llamar, que lo haga”.

En cualquier caso, Ribera ha reclamado a la Junta que vuelva al sendero de la “razón” y la “sensatez”, cuyo desenlace no es sino la retirada de la proposición de ley que han presentado en conjunto con Vox para la regularización de regadíos en Doñana. No obstante, los conservadores siguen cerrados en banda y lanzan acusaciones de “electoralismo” hacia Moncloa. La portavoz popular en la Cámara Baja, de hecho, se ha pronunciado de este modo ante los periodistas: “Lo que tiene que entrar en los planes del gobierno es dejar de utilizar Doñana electoralmente. Ese sería un buen camino”.

Promesas líquidas

Ya en el pleno, tanto el presidente del Gobierno como la vicepresidenta tercera han dejado alguna píldora a sus adversarios, especialmente Ribera, a quien se le ha interrogado por las políticas hídricas del Ejecutivo ante la incesante amenaza de sequía. En primer lugar, Sánchez, en el fragor de la contrarréplica a Gamarra, ha afeado a los conservadores que las oquedades argumentales las tapen con “descalificación, bulos y ruidos”. Sin embargo, lo que a juicio del jefe del Ejecutivo no esconden los decibelios es la acción social de la coalición, recuperando la vivienda como ariete contra los populares. Un momento que le ha valido a Sánchez para asegurar que la Ley de Vivienda se va a cumplir en “todo el territorio”, pese a que en Génova no son dados a “cumplirla”. Por ello, ha exigido que se atengan a la “legislación europea” y “acaben con el atropello” en Doñana.

Tras Sánchez, Ribera ha insistido en la polémica después de que el parlamentario conservador Juan José Matarí le interrogara sobre si el Ejecutivo está preparado para afrontar una sequía. La vicepresidenta tercera ha admitido que estos eventos son cada vez más “frecuentes e intensos” debido al cambio climático, por lo que requieren una buena inversión y trabajo en anticipación y en políticas de oferta y demanda del agua. En consecuencia, lo que no se necesita en estos casos son “promesas para llevar agua donde es difícil que haya más”, citando expresamente a Doñana. No obstante, también ha recordado la situación en el Mar menor, donde la explotación de recursos mediante “extracciones o desaladoras” pone en riesgo el ecosistema acuático.

Pese a ello, el diputado conservador ha recriminado a Moncloa que sus soluciones para Doñana pasen por una “entrevista para insultar” a Moreno Bonilla. “Autorizaron en 2011 el almacenaje del gas en el suelo del Parque Nacional. En política de agua, sobra ideología y falta diálogo”, ha reclamado Matarí, al que Ribera ha acusado de tener un “desconocimiento mayúsculo” sobre este asunto. Tanto es así que la vicepresidenta tercera ha recordado que el Gobierno tuvo que “trabajar desde cero” en las cuencas del interior de Andalucía porque la acción conservadora “las dejó laminadas”.