El exministro de Interior Jorge Fernández Díaz, recibió una llamada durante el verano del año 2014 del rey Felipe VI para que mediara ante la detención del rey de Marruecos Mohamed VI por parte de la Guardia Civil.

Esta esperpéntica historia, que tiene de todo, la cuenta el propio Fernández Díaz en sus memorias, tituladas Cada día tiene un afán.

Según relata en el libro, el entonces ministro se encontraba en un pequeño pueblo de Soria, con el teléfono apagado y sin cobertura. De pronto, le avisa uno de sus guardaespaldas: “Ministro, perdóneme, pero si pudiera llamar a su majestad el rey, que está intentado localizarlo y no lo consigue”.

Entonces, Fernández Díaz tuvo que situarse debajo de un “arbolillo” del pueblo, el único lugar donde había cobertura para poder hablar por teléfono.

“Ministro, me acaba de llamar el rey de Marruecos, Mohamed VI, y me ha dicho que está detenido por la Guardia Civil. ¿Tú sabes algo de eso?”, le pregunta el rey Felipe VI. Fernández Díaz admite que “no sabía nada”: “Esa no era una noticia que se recibe cada día, y menos debajo de un arbolillo de un pueblecito soriano”, apostilla el ministro en sus memorias.

Desde aquel árbol, Fernández Díaz llamó a medio Gobierno, al presidente Mariano Rajoy y al ministro de Exteriores incluido.

Así explica cómo fue la detención: “Mohamed VI había salido al mar a bordo de una moto náutica, vestido con ropa de playa y escoltado a cierta distancia por una pequeña embarcación de recreo, sin un distintivo especial. [...] Se dio la circunstancia de que por aquellas fechas se había detectado que los narcotraficantes utilizaban motos náuticas para transportar droga”.

Finalmente, todo se saldó con una visita del ministro a Marruecos para limar asperezas. Y es que, no era la primera vez que el Mohamed VI tenía problemas de esta índole. “Unos helicópteros sobrevolaron un yate que les llamó la atención. Luego resultó que era el yate del rey marroquí en cuya cubierta había varios miembros de la familia real que, como es lógico, no quedaron muy satisfechos con que unos helicópteros militares españoles sobrevolaran repetidamente su yate”. Entonces también se organizó un viaje oficial a modo de disculpa.

El asunto no quedó ahí, trajo consecuencias, aún con el viaje de Fernández Díaz. El propio exministro cuenta que “dos días después del hecho, pasamos tres jornadas de continuas oleadas de pateras a través de las aguas del Estrecho. Fueron miles los inmigrantes irregulares procedentes del norte y de la fachada atlántica de Marruecos que llegaron a España, lo cual era muestra de hasta qué punto la cooperación marroquí es enormemente importante y valiosa en ese ámbito".