Juan Carlos I ya está en España. Tras un largo vuelo, el emérito ha pisado el aeropuerto de Vigo pasadas las 19 horas de la tarde de este jueves para disfrutar de las regatas y hospedarse en la casa de su buen amigo Pedro Campos. Le esperaba, desde las 17 horas de la tarde, la infanta Cristina, quien no ha dudado en abrazar a su padre y hacerle una curiosa reverencia que ha suscitado toda serie de comentarios.

Sin embargo, salvo Cristina, ninguna presencia de la realeza a la llegada del emérito, que pisa suelo español por primera vez tras dos años en Abu Dabi. El rey Felipe VI, quien no verá a su padre hasta el próximo lunes, en Madrid; la reina Sofía en Miami con motivo del Queen Sofia Spanish Institute para conmemorar el 500 aniversario de la primera circunnavegación y Letizia, que hoy tenía agenda oficial, con Pedro Sánchez, con quien ha estado este jueves por la mañana en la inauguración de la Conferencia Internacional 'Los puentes de las mujeres. Propuestas desde el sur para el cambio global', organizada por la Fundación Mujeres por África.

De hecho, Zarzuela no ha escondido su malestar con el emérito. Tal y como explicaba ElPlural.com este mismo miércoles, en Casa Real hay un mosqueo reseñable por la visita de Juan Carlos I.

Fuentes de la Casa del Rey admiten a este respecto que la visita del emérito provocará una “convulsión mediática”. Algo que desde Zarzuela achacan, según ‘El Confidencial, a Juan Carlos I es “ingobernable”, “hace lo que le da la gana” y “deriva responsabilidades propias a terceros”.

Se atribuye al ‘entorno de Juan Carlos I’ no solo las circunstancias “populares” de su regreso, sino también el propósito de, mediante la recepción que podría esperarle en Sanxenxo, tratar de rehabilitar su imagen en un intento poco verosímil de que se olvide el relato de los decretos de archivo de las diligencias indagatorias del Ministerio Fiscal. 

El lunes, reencuentro oficial

Tal y como se podía leer en el comunicado oficial que Zarzuela hizo público este miércoles, el reencuentro entre Juan Carlos I y Felipe VI se hará esperar hasta el lunes, cuando el emérito viajará a Madrid para mantener una reunión de máxima expectación por el tiempo que ambos protagonistas llevan sin verse personalmente, además de por las muchas noticias que han salpicado a la monarquía a colación de los negocios del otrora Jefe de Estado.