Juan Carlos I ha incumplido la condiciones de su regreso temporal a España que estableció, a través de de su abogado, Javier Sánchez Junco, con la casa del rey Felipe VI. Entre esas condiciones figuraban su permanencia en Abu Dabi de manera “estable y permanente” y que sus visitas a España se circunscribieran únicamente al ámbito personal (estar “con amigos y familia” con la “mayor privacidad posible”).

Pero de lo pactado, nada. Este fin de semana, el emérito asistirá a las regatas de Sanxenxo (Pontevedra) tras haber anunciado su presencia a través de comunicadores afines como son Fernando Ónega (Onda Cero) y Carlos Herrera (cadena COPE). Algo que obligará a montar un enorme despliegue de seguridad y generará un espectáculo mediático no deseado en absoluto por Zarzuela.

Sin cumplir lo pactado

Según desvela el periodista José Antonio Zarzalejos en ‘El Confidencial’, desde Zarzuela no comprenden que Juan Carlos I no se atenga a las condiciones establecidas para su vuelta temporal y actúe en su regreso a España sin la discreción que se pretendía.

Fuentes de la Casa del Rey admiten a este respecto que la visita del emérito provocará una “convulsión mediática”. Algo que desde Zarzuela achacan, según ‘El Confidencial, a Juan Carlos I es “ingobernable”, “hace lo que le da la gana” y “deriva responsabilidades propias a terceros”.

Se atribuye al ‘entorno de Juan Carlos I’ no solo las circunstancias “populares” de su regreso, sino también el propósito de, mediante la recepción que podría esperarle en Sanxenxo, tratar de rehabilitar su imagen en un intento poco verosímil de que se olvide el relato de los decretos de archivo de las diligencias indagatorias del Ministerio Fiscal. 

No obstante, “venir o no depende ya solo de él, porque visto que no se atiene a lo que se pactó”, sería inútil “persuadirle de que esperase y regresase de manera diferente, más sobria, más discreta y estética”.