En agosto de 2018, el rey Emérito remitió una carta al abogado Dante Canonica en la que reiteró que la donación de 65 millones de euros a Corinna Larsen era “irrevocable”. Además, recordó que, en ningún momento, su amante actuara como su testaferro. La misiva, según El Confidencial, se redactó en pleno estallido de la investigación que dirige Yves Bertossa en Suiza.

Juan Carlos I, entonces, escribió la carta en francés y la firmó a mano para ratificar ante el abogado que la empresaria jamás manejó fondos a su nombre. Se trata de una redacción de tres párrafos en la que ratifica la existencia de la donación de  65 millones de euros y que pretendía neutralizar los indicios de blanqueo, amén de un movimiento posterior tras una orden suya.

Querido maestro. Te confirmo de nuevo, como ya indiqué en la época de nuestros contactos, que la donación realizada en 202 a Corinna era irrevocable. Ella nunca manejó, después de la donación, los bienes transferidos en mi nombre”, escribió en la citada misiva el Emérito en agosto de 2018.

Juan Carlos I admitió que, una vez entregada la donación, Corinna Larsen no le devolvió un solo euro de esa cantidad. “No he recibido devolución alguna por su parte. No la he solicitado jamás. Corinna nunca ha manejado dinero en mi nombre, al contrario de lo que dice la prensa española”, aseveró en el texto el Emérito.

Dos años antes del escándalo de su salida del país por el cerco judicial, en verano de 2018 algunos medios españoles habían publicado sus confesiones al comisario Villarejo. En las charlas con el expolicía exponía que el Emérito la utilizó para ocultar su patrimonio y propiedades en territorio extranjero.

Canonica declaró como investigado ante el fiscal helvético y explicó que Don Juan Carlos le encomendó la creación de una estructura destinada a una generosa donación que recibiría del rey saudí – los 100 millones de dólares, origen de las investigaciones que cercan al Emérito -. En 2012 el montante restante se trasladó a una cuenta de la empresaria germano-danesa, Corinna Larsen, a través de una sociedad nacida en las Bahamas.

Los 65 millones según Corinna

La empresaria admiti, durante su entrevista en la BBC, que el Emérito le realizó ese pago “en compensación por cuánto había significado para él”. “Un regalo enormemente generoso”, destacó Larsen aludiendo a la sorpresa que supuso el obsequio en el momento.

“Era gratitud por haberle cuidado durante sus peores momentos… Creo que se quedó muy sorprendido al comprender el alcance de la presión a la que me habían sometido y el efecto destructivo sobre mi reputación”, desliza Zu Sayn-Wittgenstein, quien aseguró que Juan Carlos I intentó de nuevo en 2014 que “volviera con él”.

“En cierto momento se dio cuenta de que no iba a volver y se puso completamente furioso. Pidió que le devolviera todo. Creo que fue solamente un berrinche. Él ha confirmado en la investigación suiza que en realidad nunca pidió que se le devolviera el dinero y que yo nunca tuve el dinero en su nombre”, admite.

La empresaria fue interpelada por si tendría que devolver el dinero que Juan Carlos I le regaló por el origen dudoso del mismo. Sin embargo, Larsen emplazó su respuesta al dictamen que ofrezca en el futuro el fiscal suizo. “En ese caso todos tienen que devolverlo todo. Me parece extraordinario que estén convirtiendo 40 años de modus operandi de una empresa familiar en un foco sobre una persona. Y esa persona soy yo. Porque habrá cientos de cuentas en otras jurisdicciones”, aclara.