Échale la culpa al algoritmo digital, a las consecuencias de la crisis del 2008 o al coronavirus. A varias generaciones se nos hizo creer que en el mejor de los mundos tendríamos nuestra oportunidad. Nada más lejos de la realidad. 

Nos enredamos en un laberinto de expectativas que siguen sin cumplirse, en un bucle infinito de emancipación tardía, en puestos de trabajo precarios o realizando una formación desfasada. Si nuestra autoestima generacional está minada por el clásico “eres joven y tienes que pasar por ahí”, debemos cargarnos de razones y preparar una respuesta colectiva, una suma de soluciones que nos ayuden a equilibrar las oportunidades y tumben el muro invisible que nos impide progresar. 

Esta semana Pedro Sánchez nos ha colocado en la agenda con valentía y a través de un paquete de medidas que pasan de la voluntad a lo tangible. Intervenir públicamente unos alquileres inmorales de, por ejemplo, 800€ de media en la ciudad de Valencia, no sólo es justicia social, sino la garantía para miles de jóvenes currantes que tenemos derecho a la emancipación, a tener un proyecto de vida propio, libre y autónomo.

Subir el salario mínimo, batir récord de becas con 386 millones de euros, aprobar el Plan de Garantía Juvenil Plus 2021-2027 para ofrecer oportunidades laborales, o plantear un bono cultural para jóvenes de 18 años, son ejemplos reales y concretos de la política que vale la pena.

El Gobierno de España ha hecho ‘match’ con la generación invisible, transmitiendo un mensaje interesante para agentes públicos y privados: se acabó el no hacer nada. Como siempre, la derecha se decanta por la inacción, una parálisis que tiene por objetivo proteger sus rentas y privilegios a costa de la igualdad. Ninguna plaza de toros tapa la vergüenza de su corrupción, ni tampoco puede ocultar que el neoliberalismo murió en febrero de 2020, cuando las políticas públicas del bienestar salvaron vidas, trabajos y empresas. 

El 40º congreso del PSOE tiene que reforzar la valentía de nuestras convicciones. Ahora la prioridad es apoyar y consolidar el liderazgo de nuestro presidente, para que pueda seguir transformando España de la mano de la gente más joven. Ahí es donde nos tenemos que centrar. En definitiva, el gran objetivo es el ‘cómo poder ser útiles’ a las personas corrientes de nuestra generación, desechando la desafortunada idea de solo hablar de uno mismo. El individualismo siempre es pesimista y no cambia nada, solo con ambición colectiva haremos que vuelva a funcionar el ascensor social joven.

Víctor Camino, Secretario General de Juventudes Socialistas de Valencia.