El pasado domingo Alfredo Pérez Rubalcaba dio lectura a lo que el PSOE calificó como 'una declaración institucional'. Su intervención se resumía en una sola frase que, desde entonces, no sólo los socialistas, sino también otras fuerzas políticas repiten: Mariano Rajoy debe abandonar su cargo. "Le pedimos que de paso a otro presidente", fue la fórmula que utilizó el secretario general del PSOE.

Elecciones anticipadas
Pero ¿qué pueden hacer en realidad las fuerzas políticas para que Rajoy deje su cargo? En las horas siguientes a la comparecencia de Mariano Rajoy ante su partido (que no "ante los periodistas", ni por tanto ante los españoles, como recordaron en las horas siguientes los portavoces 'populares' al contestar a las críticas de prensa y ciudadanos porque resultó imposible preguntar al Presidente), algunos grupos hablaron directamente de una situación de irregularidad tal que no aceptaba como salida sino la convocatoria anticipada de un nuevo proceso electoral.

Las fuerzas políticas, conscientes de su tendencia al 'dontancredismo', esperan el enroque de Rajoy, Foto EFE



El más contundente en este sentido fue Cayo Lara, el coordinador general de Izquierda Unida. Lara dijo que "el último acto como presidente de Mariano Rajoy antes de presentar su dimisión debe de ser convocar elecciones anticipadas". Y concluyó su idea expresando que la salida de Rajoy y el adelanto electoral era "urgente para regenerar la democracia". No está solo. Lo mismo vino a pedir el presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, que declaró que "un adelanto electoral sería evidente en cualquier país democrático".

"No queremos un adelanto electoral, sino que el Gobierno 'se limpie'"
Los socialistas, sin embargo, no piden ese adelanto electoral. "Nosotros lo que creemos -ha dicho Elena Valenciano a ELPLURAL.COM- es que Rajoy se debe marchar, pero somos conscientes de que las elecciones generales han tenido lugar hace sólo un año. En resumen, no queremos un adelanto electoral; lo que queremos es que el Gobierno 'se limpie'... Y eso pasa por que el Partido Popular cambie al Presidente".

La vicesecretaria general del PSOE asegura a este periódico que  los socialistas "no buscamos ningún aprovechamiento electoral de este desastre... No queremos desestabilizar. Al contrario, lo que nos preocupa es que en una situación de terrible crisis como ésta, tengamos que padecer un Gobierno débil, con un Presidente incapacitado siquiera para dar el paso al frente y demandar a Bárcenas" por las consecuencias que un movimiento así podría traer sobre el PP.

¿Qué se puede hacer en el Congreso? ¿Moción de censura?
Pero los socialistas han dejado igualmente claro que no piensan presentar una moción de censura. Fuentes parlamentarias del PSOE han recordado a ELPLURAL.COM, para justificarlo, que en España la moción de censura se hace 'en positivo'. Es decir que no se busca 'echar al que está', sino que lo que se hace es presentar un candidato con un programa debe buscar el apoyo mayoritario de la cámara. "Esto -nos ha dicho esa fuente parlamentaria- en estos momentos es inviable dada la mayoría absoluta con la que cuenta el PP, y el movimiento que se ha visto entre sus filas: lejos de pedir claridad y limpieza, lo que han hecho ha sido meter la cabeza debajo del ala y formar una piña".

Existen dos precedentes de moción de censura en nuestra historia parlamentaria. Ambas las perdieron quienes la presentaron. En el primer caso González (mayo de 1980), durante los últimos meses de mandato de un Adolfo Suárez muy debilitado. En el segundo caso (marzo de 1987), de la Alianza Popular que acababa de elegir a Antonio Hernández Mancha como su líder. Tanto socialistas en 1980, como 'populares' en 1987 contaban con su derrotas, pero buscaban desgastar a los gobiernos del momento. Eso sí, los resultados fueron muy diferentes en cada caso.

La improbable moción de confianza
Desde la reinstauración democrática, el Congreso también ha asistido a dos mociones de confianza. Mociones por las que el Gobierno pide que el parlamento le 'renueve' su apoyo para llevar a cabo alguna tarea crucial. La primera de estas mociones la pidió Suárez, que buscó ese apoyo para lanzar un duro plan económico y, al tiempo, impulsar el desarrollo de la Autonomías. La segunda la planteó González en 1990, también para hacer más visible el apoyo que necesitaba para establecer un duro plan con el que reforzar la competitividad de la economía española.

Nadie considera en estos momentos probable que Mariano Rajoy vaya a seguir los pasos de Suárez y González y vaya a acudir al Congreso planteando una moción de confianza que, la mayoría absoluta con la que cuenta, le asegura. "Un movimiento así no parece siquiera compatible con su carácter", nos dicen en el Congreso.

La imposible reprobación parlamentaria del Presidente
Existe otra posibilidad para buscar cambios en el Gobierno, la de una moción de reprobación. En realidad esta moción no está contemplada ni en la Constitución ni en el reglamento parlamentario. Un dictamen de los juristas del Congreso, sin embargo, 'legalizó' esta moción..., pero sólo en el caso de que el reprobado sea un ministro. "La reprobación contra el Presidente debe tomar forma de moción de censura -nos dice una fuente que conoce bien el funcionamiento parlamentario-".

Se busca así, nos explican, evitar que una iniciativa parlamentaria revierta una decisión del Congreso como reflejo de lo que han votado los ciudadanos. Otra cosa es la reprobación de un ministro, cuya elección depende sólo de la decisión del Presidente. De hecho, hace unas semanas el PSOE consiguió que todos los grupos reprobaran la gestión del ministro José Ignacio Wert, que se quedó con el apoyo exclusivo de su grupo, y ahora ha presentado otra moción en el mismo sentido contra Cristóbal Montoro.

No se puede hacer el 'dontancredo' indefinidamente
¿Resulta por tanto inimaginable un cambio del Presidente del Gobierno? Ahora mismo parece evidente que la contestación es que ese cambio no se va a producir. Entre las fuerzas parlamentarias se es consciente de que Rajoy, aún más dada su personalidad, tendente al 'don tancredismo', no va a moverse. Mucho menos ante la presión de los socialistas. Pero también nos apuntan que según se incremente la presión, lo que aún puede salir del 'entorno Bárcenas' y, aún más, con las investigaciones sobre la trama Gürtel que se irán acelerando en los próximos meses, la situación de Rajoy se puede volver insostenible.

En su propio partido los movimientos son evidentes. Basta con hablar no sólo con los diputados, sino también con un buen número de los barones, para comprobar que se mueven aún desconcertados, pero cada vez son más las voces que están pidiendo una contestación más clara y contundente sobre las acusaciones de corrupción y financiación ilícita.

Y luego están los empresarios. "La derecha económica -dice a ELPLURAL.COM un analista político de experiencia- no va a dejar que esta situación se pudra. Los empresarios no van a consentir que la situación siga empeorando y degradándose de manera indefinida. Y ellos pueden hacer mucha presión sobre el Gobierno y sobre el partido Popular".