El Tribunal Constitucional (TC) ha decidido por unanimidad suspender la investidura de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat solo en el caso de que el Parlament acuerde que sea telemática o cualquier otra fórmula no presencial. 

Se trata de una medida cautelar acordada en respuesta al recurso del Gobierno, que contaba con el dictamen desfavorable del Consejo de Estado, y que irá acompañada de un requerimiento en el que advierten de que su decisión debe ser obedecida.

El pleno, que aplaza su decisión sobre la admisión a trámite del recurso una vez que haya oído a todas las partes y haya resuelto las dudas que han planteado sobre su admisibilidad, ha considerado que, para ser investido, Puigdemont debe acudir personalmente a la cámara y obtener antes autorización del juez.

De este modo, Puigdemont no podrá ser investido por medios telemáticos, por delegación o por cualquier otra fórmula que no sea presencial. 

División en el TC

El pleno del Tribunal Constitucional ha terminado pasada las 21:00 horas su debate, en una reunión con posturas divididas y en la que ha buscado una fórmula de consenso.

El Gobierno moderadamente satisfecho

El Gobierno por su parte se muestra moderadamente satisfecho. Fuentes del Ejecutivo han manifestado que celebran la decisión, si bien confiesan que no era lo que esperaban y que deseaban más apoyo a su posicionamiento. 

El Presidente, Mariano Rajoy, ha destacado a través de su cuenta de Twitter que "todos lo demócratas tenemos la obligación de respetar las decisiones de los Tribunales". 

Puigdemont pide la dimisión de Soraya

Carles Puigdemont tampoco ha tardado en dar respuesta a la decisión del Tribunal Constitucional. Lo ha hecho exigiendo la dimisión de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. "Incluso el TC ha rechazado el fraude de ley que pretendía la Moncloa. Más de uno debería pensar en rectificar y hacer política de una vez. Y si no es capaz, de plegar y dejar paso", ha escrito. 

La cronología de la semana

Cabe recordar que esta semana comenzaba con un anuncio: Torrent proponía a Puigdemont como candidato a la investidura, aunque este siga en Bruselas y, de hecho, hasta allí viajó unos días después el president del Parlament para reunirse con él.

El Gobierno activó entonces la maquinaría. La encargada de anunciar el paso a dar fue la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría. El órdago: acudir al Constitucional para impugnar esa investidura. Ya lo habían dicho anteriormente, que no dudarían en presentar un recurso ante el alto tribunal para que se respetara la legalidad y dicho y hecho.

Sin embargo, al Gobierno le esperaba un revés. El paso previó para acudir al Constitucional es preguntar al Consejo de Estado y este, como máximo órgano consultivo del Ejecutivo, respondió asegurando que no veían motivo alguno para pretender y poder impugnar que Puigdemont fuera el hombre elegido para presentarse a la investidura.

Tras ello, fue el propio Puigdemont el que pidió la cabeza de Santamaría. “La vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría debe dimitir inmediatamente por el fraude de ley que pretendía orquestar”, escribió en su cuenta de Twitter.