El todavía presidente del PP, Pablo Casado, se ha despedido de sus homólogos europeos haciendo un recordatorio de su presidencia que no ha sentado nada bien en Génova, 13. Los líderes del Partido Popular Europeo (PPE) se han reunido este jueves en Versalles, de forma previa a la cumbre que ha tenido lugar por la tarde, y su presidente, Donald Tusk, ha reconocido que Casado ha aprovechado la cita para despedirse y dejar patente sobre la mesa que bajo su mandato ningún gobierno autonómico liderado por el PP contó, más allá de lo programático, con diputados de la extrema derecha entre sus filas.

El mensaje de Casado, que supone una enmienda a la totalidad al pacto alcanzado por Alfonso Fernández Mañueco este mismo jueves para seguir presidiendo Castilla y León, ha sido recurrente. Tanto es así que, además del propio Tusk, el dirigente francés Michel Barnier y el presidente del PPE en la Eurocámara, Mafred Weber, han reconocido que el español ha querido dejar patente esta idea, guardando su legado europeísta y moderado frente a una renovada cúpula que previsiblemente será liderada por el ya candidato Alberto Núñez Feijóo.

No es la primera vez que desde Europa se muestran reticentes al apego existente entre el PP y Vox en España. Sin embargo, este jueves, y con un difunto Casado despidiéndose formalmente de sus correligionarios europeos, el PPE ha querido mostrar deferencia hacia el pasado inmediato de la formación española catalogando a Pablo Casado como “una garantía personal de no llegar a pactos de Gobierno con la extrema derecha y preservar al PP español en el centro derecha, sin flirteos con la extrema derecha".

El presidente del PP europeo y ex primer ministro polaco ha ido un paso más allá, condenando la política de pacto del nuevo PP y pidiendo que el acuerdo alcanzado para asegurar Castilla y León no se convierta en una costumbre: "Esperamos que sea sólo un incidente o un accidente, no una tendencia. Hay que combatir esos deseos, supone una capitulación".

Ha sido Manfred Weber, posteriormente, quien ha dado más detalles sobre la última intervención de Pablo Casado en el cónclave europeo de los populares: “Ha hablado al final, porque el tema principal era la crisis de Ucrania. Y en su intervención ha querido destacar lo que él ha considerado sus dos principales ejes al frente del PP: no llegar a acuerdos de gobierno con la extrema derecha de Vox y luchar contra la corrupción”. "Casado desaprueba los acuerdos con la extrema derecha, como nosotros, que estamos frente a Marine Le Pen", ha añadido, por su parte, Michel Barnier.

Rechazo frontal al acuerdo

Poco después de conocerse que el PP había alcanzado un acuerdo tanto programático como orgánico con la extrema derecha, la izquierda española ha condenado en cascada la decisión y ha recordado que se trata del primer gobierno de nuestra democracia que incluye a una formación de extrema derecha. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada la cumbre de Versalles en la que se debatirá la posición de Europa frente a la crisis derivada de la invasión rusa en Ucrania, tanto social como económica, ha lamentado un pacto que considera un retroceso democrático: “Es una pésima noticia para la democracia española y para el propio PP. Esta decisión la van a pagar cara en términos políticos, ya que habrá mucha gente que no entenderá que se abra las puertas de un gobierno de nuestro país a integrantes de la extrema derecha”, ha indicado.

De forma previa, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, ha tachado de "pacto de la vergüenza" el acuerdo alcanzado, señalando a Feijóo, previsible líder de la oposición tras el congreso extraordinario que el PP celebrará en apenas tres semanas en Sevilla, como artífice del mismo: “Que nadie caiga en la trampa de creer que el PP es un reino de taifas, no lo es y ni lo ha sido nunca, es un partido completamente vertical, y quien toma las decisiones es el líder. "Ahora sabemos que no hay falta de liderazgo, que lo está ejerciendo Feijóo y lo que ha hecho es firmar ese pacto de la vergüenza", ha trasladado.

Desde Unidas Podemos han ido un paso más allá al afirmar que actualmente PP y Vox son “indistinguibles”: “Tras meses de competición por la política del insulto, el odio y la inseguridad social, PP y Vox demuestran con este acuerdo que son indistinguibles. El bloque democrático debe luchar para que no lleguen al Gobierno del Estado”, ha escrito a través de su cuenta de Twitter la líder de la formación morada y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030.

La importancia del acuerdo ha generado revuelo incluso entre la derecha. Ciudadanos, formación que ejerció de socio fiable de Mañueco antes de que Teodoro García Egea decidiese adelantar las elecciones para renovar energías con una victoria electoral, ha lamentado el resultado de la cita electoral: “Vergüenza”, se ha limitado a manifestar Igea a través de sus redes sociales. “Qué lince. Enhorabuena a los premiados, que disfruten del populismo en el Gobierno”, ha añadido de forma irónica el portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Guillermo Díaz.