Datos encuesta del CIS del 4 de marzo y resultados de las elecciones andaluzas en 2012



Este domingo, todas las miradas estarán pendientes del resultado que Ciudadanos y Podemos obtendrán en las elecciones andaluzas. Será el primer test pasado por las urnas que reflejará, si como auguran la mayoría de analistas, que el bipartidismo ha llegado a su fin. Alejados del eje izquierda - derecha (los dirigentes de ambos partidos se decantan por un nuevo parámetro, “abajo – arriba”), tanto Podemos como Ciudadanos han hecho de la “regeneración política” su leitmotiv de campaña.

Campañas diferentes pese a la similitud del mensaje
Pese a estas coincidencias, los dos partidos que amenazan la hegemonía de los partidos tradicionales han llevado a cabo unas campañas electorales muy diferentes, casi antagónicas. Mientras que los de Pablo Iglesias se han decantado por la transmisión de mensajes emocionales difundidos a través de grandes mítines, los de Albert Rivera han renunciado a los grandes espacios. Más que mítines, sus actos parecían reuniones de camaradería.

La plácida cena de Ciudadanos
Prueba de ello es que el pasado viernes, mientras todas las formaciones políticas hacían un último esfuerzo de movilización para llenar pabellones deportivos en Sevilla (salvo UPyD y el Partido Andalucista, que se decantaron respectivamente por Málaga y Cádiz, las únicas provincias dónde podrían obtener representación parlamentaria según las encuestas), los dirigentes y militantes de Ciudadanos cenaban plácidamente en un restaurante hostelero de la capital andaluza.

Sin implantación municipal y casi sin aparato
Un menú de 30 euros que incluía salmorejo de primer plato, salteado de virutas de ternera de segundo y namelake de postre. Todo ello regado de vinos de la casa y cerveza Cruzcampo, que es la que se bebe de Despeñaperros para abajo. Sin implantación municipal y casi sin aparato, para desesperación del Partido Popular el partido de Albert Rivera amenaza con relegar a la formación que dirige Juan Manuel Moreno Bonilla a una posición prácticamente irrelevante en el parlamento andaluz.

Apuesta segura y no partido bisagra
Consciente de ello, Mariano Rajoy no se ha cansado de repetir que votar a Ciudadanos es un “aval” para el inmovilismo del PSOE. Frente a esta imagen de partido bisagra, el candidato de Rivera por Andalucía, Juan Marín, ha insistido en que su partido no está haciendo la campaña a Susana Díaz. Lo hace presentando a su partido como una apuesta segura que velará por el buen gobierno y el fin de la corrupción en una tierra donde al menos hasta ahora, el PSOE goza de una posición hegemónica.

Malabares para no quedar retratados
Marín espera obtener el voto mayoritario de pequeños y medianos empresarios, funcionarios y clases medias. Su votante tipo proviene de la Andalucía urbana. Un votante que en anteriores comicios apostó sin mucho entusiasmo por el Partido Popular y que ahora podría depositar su confianza en una formación que ha hecho malabares para no ser ubicado en la derecha más conservadora que representa el PP ni ser visto como el aliado centrista con el que siempre han soñado los socialistas andaluces. De ahí la cautela que han tenido a la hora de lanzar promesas electorales.

Desencanto en Podemos
Y mientras los militantes y simpatizantes de Ciudadanos disfrutaban de una tranquila velada en la ciudad del río Guadalquivir, el cabreo de las bases de Podemos, el otro partido que hace de la regeneración política su mensaje principal, iba en aumento. Acostumbrados a debatir cualquier aspecto, por pequeño que sea, en sus círculos y asambleas, los seguidores de Pablo Iglesias no han digerido con agrado haber quedado relegados a una posición de meros espectadores en  los grandes mítines en los que ha participado su líder.

Mitin del PSOE y mitin de Podemos en Dos Hermanas.



Una campaña propia de la casta
Con un presupuesto de 400.000 euros (cifra que dobla a la empleada por Ciudadanos), los de Podemos han optado por protagonizar una campaña calcada a la llevada años atrás por los partidos de la “casta”. Pablo Iglesias y su candidata andaluza, Teresa Rodríguez, no han renunciado ni a las fotos tradiciones que utilizan los partidos tradiciones (el viernes ambos dirigentes acabaron visitando el mercado de abastos de Cádiz), ni a llenar velódromos tan imponentes como el ubicado en la localidad sevillana de Dos Hermanas.

Decisiones difíciles de encajar
Paralelamente, Rodríguez se ha negado a participar en el debate a siete organizado por Canal Sur. Una decisión muy cuestionada por las bases de Podemos, capaces de repetir al dedillo y defender con ahínco su apuesta por la regeneración política en todas las plazas públicas. De ahí que el pulso de los círculos de Podemos en Andalucía parezca latir con menos intensidad que en meses anteriores.

Sin referentes locales
De hecho, hay quien habla de un “goteo de bajas” por el “ninguneo” de la cúpula estatal del partido que entre otras medidas, ha ralentizado su expansión en los municipios de Andalucía. Algo difícil de encajar para quien sabe que de los 776 municipios con los que cuenta Andalucía, tan sólo 29 superan los 50.000 habitantes. Y es precisamente ahí, en el voto rural, donde reside en la fortaleza del Partido Socialista y donde Podemos necesita urgentemente de referentes locales para convertirse en la fuerza mayoritaria de la Junta. Y más teniendo en cuenta que según ha reconocido Teresa Rodríguez, cualquier cosa que no sea ganar, “será un fracaso para Podemos”.