Sumar no solo lleva meses siendo una realidad, sino que el próximo 2 de abril tendrá su puesta de largo. Tras un extenso y cuidado proceso de escucha, el proyecto de la vicepresidenta segunda echará a andar de manera definitiva el Domingo de Ramos, pero lo que se presentaba como algo más sencillo e ilusionante se parece en algunos aspectos a una penitencia. La también ministra de Trabajo se muestra con ganas. De eso no cabe duda. Aunque la ecuación se le está complicando por las condiciones de Podemos.

La confrontación entre los morados y la persona escogida en su día por Pablo Iglesias continúa por las imposiciones de los primeros. Díaz ha cedido y ha dejado claro que a ella le gustaría aunar a todas las fuerzas de la izquierda del PSOE, también a Podemos. De hecho, la amplia mayoría de los partidos y sus responsables estarán presentes en el acto de Madrid a excepción de Ione Belarra, Irene Montero y el resto de la dirección nacional de la formación morada.

El partido menor de la coalición insiste en que la precursora de Sumar no quiere comprometerse por escrito a celebrar unas primarias para configurar las listas electorales Sin embargo, la realidad es que Díaz sí ha aceptado la petición. Sin embargo, la cuestión va más allá y el principal problema sería la posición exacta que los morados aceptarían tener dentro del proyecto de la ministra. En resumidas cuentas, Podemos apela a la bilateralidad, que todo se quede en una cosa de dos, mientras que la responsable de Trabajo aboga por la multilateralidad.

No es que los morados pretendan que las demás fuerzas progresistas no formen parte de la hasta ahora plataforma, sino que estos lo hagan, pero después. Es decir, Podemos quiere la pole. Primero tú y yo, y después el resto. Y por ahí Díaz no parece tener la intención de pasar, pues si algo ha dejado siempre claro es que esto va de que todos los integrantes tengan voz, tal y como apuntan las siglas.

Cosa de dos o multilateral

En este sentido, la vicepresidenta segunda sí que mantiene su compromiso con las primarias, pero avisa de que la organización de algo tan relevante para el devenir de Sumar debe producirse hablando con todos. Por el contrario, Podemos apuesta porque el acuerdo sea de dos a pesar de que la ministra siempre fue clara, y lleva siéndolo más desde el pasado fin de semana, cuando se intensificaron las negociaciones.

En la tarde del pasado lunes, la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Vestrynge, llamaba al jefe de Gabinete de Díaz, Josep Vendrell, para intentar un acercamiento tras las conversaciones sin éxito de los últimos días. La postura de ambas partes tras la llamada sería la misma: Podemos quiere unas primarias abiertas, mientras que el equipo de la vicepresidenta insiste en la confluencia de la quincena de fuerzas políticas con las que está en conversaciones desde enero y entre las que se encuentran Izquierda Unida, Más País o Compromís.

El partido de Belarra siempre ha expuesto en público que lo que corresponde “es que lleguemos a un acuerdo” con Yolanda Díaz, ya que ella “llegará a acuerdos con otras formaciones”. Con este telón de fondo, el propio Pablo Iglesias sigue intensificando las presiones para unas primarias, mostrándose contrario a hacer reuniones “de todos los partidos en una habitación” cuando hay fuerzas sin apenas representación. El que fuera el máximo responsable de Podemos concluye además que Díaz “está más cerca” de Más País que de los morados.

Garzón lamenta la fórmula Podemos

Por su parte, el líder de Izquierda Unidas, Alberto Garzón, acusa a los morados e “trabajar contra el acuerdo” y de usar el “ruido” para “desgastar a Díaz”. El responsable de la formación que, por otra parte, sabe lo que es alcanzar acuerdos con Podemos lamenta “la lógica del enfrentamiento y la búsqueda constante de leales y traidores”.

De esta manera, el ministro de Consumo destacó en declaraciones a RNE su propuesta de una “mesa de partidos” en la que puedan negociar “multilateralmente”. Fue muy contundente: “Todo lo que sea desgastar o erosionar a Sumar o negociar en público con ese objetivo es ir por el camino contrario. Honestamente, le aleja absolutamente del acuerdo”.

Planes en grupo

En el proyecto de Díaz lo dejan también muy claro y, a falta de que pueda haber algún cambio de guion, evidencian que ellos no tienen ningún problema en pactar un documento con Podemos, pero recuerdan que la candidatura tiene varios actores, lo que implica negociar con todas. Y aquí es donde entra ya el juego de intereses. De esta manera, Podemos quiere unas primarias “abiertas” porque sabe que su número de militantes es mayor que el del resto de partidos y sería capaz de asegurarse un papel clave en las listas. Hay otras que abogan por las votaciones de manera provincial… Etc.

Lo que está claro es que Sumar no deja de ser un grupo. Y los planes en grupo son muy positivos, pero a su los más difíciles vez de gestionar. En el devenir de los hechos está que el conjunto de opiniones sea el mayor triunfo del proyecto o se convierta en el principal problema para su crecimiento.