Se acaban las escuchas. Es momento de echar a volar. Yolanda Díaz ultima los preparativos para el evento en el que anunciará su candidatura a las elecciones generales, agendado para el próximo 2 de abril en Madrid. Sumar desplegará toda su artillería, arropado por una importante representación de formaciones de la izquierda a la izquierda del PSOE, con la salvedad de Podemos. Los morados continúan desincronizados con la vicepresidenta segunda del Gobierno, enrocados en su idea de que o se celebran primarias o no son de la partida. Su líder, la también ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ya sugirió a comienzos de esta semana que un acuerdo de mínimos suavizaría las relaciones y allanaría el camino de los máximos dirigentes del partido a respaldar a la gallega en su acto de lanzamiento.

Entre los argumentos que blanden en la cúpula de Podemos es que antes de hacer cualquier gesto que pudiera comprometerles políticamente, debería existir un acuerdo previo entre ambas formaciones. Al menos, una aproximación de mínimos, de “certezas” sobre el papel que tendrán los morados en la lista. Sobre todo, se tendrá que cimentar con base en las garantías sobre las condiciones en las que se celebrarán unas “primarias abiertas” a la hora de disponer los puestos en las candidaturas. En resumen, la masa de cada una de las fuerzas.

En el cuartel general de Podemos desconfían de unas futuras negociaciones que, a todas luces, protagonizarán más de una docena de partidos y agrupaciones políticas, siendo la mayoría de estas de corte autonómico. Creen que estas fuerzas reclamaran cierto control de las listas en sus ámbitos de influencia. Pero las suspicacias moradas también se despliegan con el rol que pudieran tener otros movimientos que sí han trasladado su respaldo incondicional a Díaz desde los inicios, véase Izquierda Unida o Más País.

La presencia -o no- de Podemos el 2 de abril es la última bala en la recámara de los dirigentes morados. Una baza para forzar a Díaz a cerrar un acuerdo antes del acto de lanzamiento. De no conseguirlo, las conversaciones entrarán en punto muerto. Al menos hasta el mes de junio. El calendario electoral aprieta y ahoga a una formación que se juega mucho en la doble cita municipal y autonómica, dado que podría perder un apoyo sustancial en algunos territorios y, por tanto, una atrofia significativa a la hora de negociar.

La soledad de Podemos

Sin embargo, amén de las prisas preelectorales, Podemos cuenta con el hándicap de su soledad en la estrategia de presión a Díaz. Notables rostros de la izquierda a la izquierda del PSOE no han ocultado su apoyo incondicional a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, no solo en lo relativo al proyecto, sino también en los pasos a seguir para ahormar la confluencia. Creen que lo óptimo pasaría por retomar las negociaciones toda vez concluyan las elecciones del 28 de mayo y en una mesa de partidos con voz y voto para todos los integrantes, según explica El Mundo. Propuesta que choca frontalmente con las demandas moradas, que abogan por un “mesa bilateral”.

Podemos ha perdido el pulso a su propio espacio. Ni siquiera los Comunes han permanecido fieles al mensaje y estrategia de la cúpula. Jéssica Albiach, Ada Colau y Jaume Asens, amén de otros pesos pesados de En Comú Podem, han dado la espalda a la estructura morada, desplegando todo su respaldo hacia la vicepresidenta segunda y su proyecto. Todos los citados estarán en el polideportivo Magariños el próximo 2 de abril.

Lo mismo ocurre con Izquierda Unida, cuya delegación la comandará el líder del Partido Comunista de España (PCE), Enrique Santiago; la portavoz federal, Sira Rego, el responsable de Organización, Ismael González, además de otros coordinadores de las diferentes federaciones. Por su puesto, también asistirá el líder de la formación y ministro de Consumo, Alberto Garzón, que no ha ocultado en ningún momento su querencia por sumarse al proyecto de su compañera de gabinete.

La lista VIP la integrarán también destacados miembros de otras formaciones, como Más Madrid, con Mónica García y Rita Maestre encabezando su delegación, junto a dirigentes de fuerzas como Más País, Compromís, Chunta, Verdes Equo o Alianza Verde.

La líder de Sumar quiere que también acuda una delegación de Podemos, en particular su homóloga, Ione Belarra. Díaz lo ha verbalizado públicamente, pero deja el balón en el techo de la sede morada. La gallega considera que es la líder de Podemos la que debe explicitar el sentido de la “decisión que toma”. “No hay ninguna razón por la que no puedan estar, es una fuerza importante en este país”, argumentó ante los micrófonos de RNE.