La candidatura de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a las elecciones generales ha desatado un terremoto político previo Semana Santa. Aunque habrá que esperar a que pasen los días festivos para que la carrera electoral afronte su última etapa de cara a los comicios autonómicos y municipales -que pueden servir de prolegómeno para la cita de final de año- los diferentes partidos ya se colocan sobre el escenario teniendo en cuenta al nuevo actor y las consecuencias que éste puede tener en los votantes.

La incógnita aún sin despejar es si habrá acuerdo entre Sumar y Podemos. Por el momento, Díaz permanece ajena a las presiones de los morados -que no estuvieron el pasado domingo en su puesta de largo- por celebrar unas primarias de forma bilateral. La también ministra de Trabajo insiste en la ecuación que concentra las siglas y que reúne a una quincena de grupos. O todos o ninguno, es su bandera. Mientras tanto, el partido menor de la coalición considera que merecen un mayor reconocimiento por parte de quien le vio crecer -y viceversa- políticamente.

Precisamente respecto al riesgo de la izquierda y de mantener la Moncloa hablan PSOE y Unidas Podemos, socios esta vez también en el relato. A partir de aquí, las dos partes son conocedoras de que Díaz puede atraer en las urnas un buen puñado de votos socialistas que ven en ella una lideresa diferente, cercana a los socialistas en las formas, pero con la brisa de cambio que en su día soplaba en la Puerta del Sol.

El PSOE pide el acuerdo Díaz-UP

Los socialistas, al ser un partido consolidado en el tiempo y la historia asumen que la victoria sobre el resto de las izquierdas está asegurada, pero saben que el tablero se dio la vuelta desde la irrupción de sus socios en Moncloa y Ciudadanos. Ya no se puede hablar de bipartidismo ni dejar fuera del juego a nadie. Así las cosas, el PSOE celebra la irrupción de Sumar como un nuevo espacio dialogante, pero no oculta que la sensación que le provoca es la misma que tienen los equipos que jugaban con el Real Madrid Castilla cuando el filial blanco estaba en segunda división y no podía subir a primera, pero sí robar tres puntos de oro.  

“Es una muy buena noticia para España, para nuestro país y para todos los votantes progresistas que todas esas fuerzas políticas variadas que están a la izquierda del PSOE se organicen y vayan unidas a las elecciones”, reconoce el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, no sin dejar claro que “sería todavía mejor noticia que fueran unidas todas las fuerzas políticas sin excepción”.

"El momento en el que separemos a Sumar de Podemos se acabó"

Desde Podemos emplazan a la que fuera persona de confianza de Pablo Iglesias a alcanzar el acuerdo. En realidad, el discurso no es muy distinto entre ambas formaciones, pues también consideran que lo contrario podría suponer un descalabro progresista que, más que sumar, reste. No solamente Ione Belarra y quienes siguen dentro del partido lo ven así, también el propio Iglesias ha respondido a Díaz en esa línea, aunque de una forma quizá más abrupta, llegando a referirse a una hipotética salida de Pedro Sánchez en caso de derrota electoral.

“Creo que Yolanda piensa que puede ser presidenta de España ocupando el espacio del PSOE”, mantiene el que fuera secretario general de los morados. “Creo que el análisis que ellos hacen es que si en estas elecciones no nos va bien a la izquierda, Pedro Sánchez se irá y será muy difícil que alguien ocupe ese liderazgo simbólico; y creo que piensan que ese liderazgo lo puede ocupar Yolanda (…) Muchos se están frotando las manos (con este planteamiento), y es que el momento en el que separemos a Sumar de Podemos se acabó”.

El PP celebra la división

Al otro lado del terreno de juego, el PP también cree que Díaz puede suponer un quebradero de cabeza para el PSOE. Los populares descartan que la vicepresidenta se postule como una rival más competitiva de lo que lo fue Iglesias. “Una candidata que es vicepresidenta de Sánchez y militante del Partido Comunista no nos preocupa nada.  A quien le debería preocupar el roto que le pueda hacer es a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias, que fue su padre político y hoy tiene su semana de pasión”, ha reflejado el portavoz de campaña de los conservadores, Borja Semper.

Desde Génova también reconocen que la candidatura de Díaz puede ser la bala en la recámara que a la izquierda le hace falta para que aumentar el grado de movilización de cara a los comicios, pero dan por hecho que los daños, tal y como ahora están las cosas, serán mayores que los beneficios para morados y socialistas, algo que ambas fuerzas progresistas quieren evitar, y es que las dos buscan mantener el statu quo actual y que todo se quede en una relación de dos.

Con o sin los morados: "Quiero ser la primera presidenta de España" 

Para que eso pase, alguien tiene que ceder; y Díaz parece dispuesta a ser “la primera presidenta de España” con o sin Podemos, mientras que los morados pretenden decidir demasiado a ojos de su lideresa y el resto de partidos en Sumar en un proyecto que ni dirigen ni sería solo de ellos. De momento, las partes utilizarán la semana para buscar respuesta a la pregunta que ahora sobrevuela el Congreso. ¿Divide y vencerás?