La retirada del Partido Popular de la negociación por la renovación con el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con el PSOE ha dejado “tocado y hundido” a Alberto Núñez Feijóo. Al menos este es el sentir de destacados miembros del gabinete de Pedro Sánchez. Consideran en Moncloa que el líder conservador ha evidenciado su “debilidad” ante los contrapesos de su partido y los poderes de la derecha mediática. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha verbalizado esta percepción en sede parlamentaria. Desde su escaño, ha catalogado al jefe de la oposición como un “líder fallido” y ha aludido a la caída de Pablo Casado a comienzos de este 2022: “A la tercera irá la vencida”.

En el fragor de la sesión de control, Bolaños replicaba a las habituales arremetidas del parlamentario de Vox, y ex del Partido Popular, Ignacio Gil Lázaro. El diputado ultraderechista se interesó por los planes del Gobierno en lo que se refiere a las relaciones con Cataluña. Concretamente, se preguntó si el Ejecutivo se abría a pactar con la Generalitat la celebración de un referéndum de autodeterminación.

Una cuestión que Bolaños ha resuelto poniendo al escenario actual frente al de 2017, con un Gobierno del Partido Popular: “Es absolutamente evidente que es mejor”. El ministro del ramo ha remarcado que, al contrario que en aquella época, el contexto de diálogo con la Generalitat se enmarca en la “ley y la Constitución”. Con todo, ha mantenido el compromiso de que la acción política del Ejecutivo no transitará ninguna otra senda que la delimitada por la Carta Magna.

Recados a Feijóo

Dejando atrás la autodeterminación catalana, Gil Lázaro ha aprovechado para alertar de que la reforma del delito de sedición es una suerte de “amnistía encubierta”. Una afirmación que ha repelido de inmediato el ministro de Presidencia, quien ha reiterado el compromiso adquirido para equiparar la realidad del Código Penal a la del resto de países de la Unión Europea.

Bolaños aprovechó que el Pisuerga pasa por Valladolid e introdujo al Partido Popular en su contrarréplica a la ultraderecha. El ministro de Presidencia, uno de los encargados de negociar con los conservadores la renovación truncada -por enésima vez- por el propio PP, situó a ambas formaciones en el mismo plano y recordó que el PSOE sí pactó el Poder Judicial cuando estaba en la oposición.

Precisamente esto explicaría por qué, siempre a juicio del Gobierno, el liderazgo de Feijóo “está tocado y probablemente hundido”. Con la voladura de puentes del jueves, consumó su “obediencia” a los que le situaron en el sillón que otrora ocupó Pablo Casado, presentándose como “hombre de Estado” y encubierto bajo un manto de moderación. Sin embargo, el líder de la oposición no ha hecho sino “agravar” la crisis institucional en el Poder Judicial, lo que precipita al gallego al desfiladero de los “líderes fallidos” del PP. “A la tercera irá la vencida”, ha mantenido Bolaños, en alusión a la caída de su predecesor.

Un PP antidemocrático

Este sentimiento no solo se acota a Bolaños. En términos similares se pronunciaba la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant. Un argumentario duro que castigaba la faz del Partido Popular más “antidemocrático”. La ministra del ramo ha afeado a los conservadores que su cerrazón acentúa una crisis institucional ya de por sí grave y que, además, se circunscriba en un contexto de “sublevación e insurrección” de según qué engranajes de la maquinaria de la derecha mediática y de Génova.

En los pasillos de la V Reunión de Ministras, Ministros y Altas autoridades de Ciencia, Tecnología e Innovación de Iberoamérica, Morant no ha ocultado su “preocupación” ante el enésimo “incumplimiento” del Partido Popular. Incluso ha deslizado que los países asistentes a la cumbre comparten su pesar. “Es motivo de alarma y de sorpresa”, ha apostillado.

Morant ha recordado una de las primeras intervenciones de Feijóo como líder del Partido Popular. El gallego, recién aterrizado en Génova 13, se disponía a tomar posesión como senador. En la Cámara Alta pronunció un discurso que esbozaba una línea estadista y moderada, sobre todo en comparación con la anterior dirección nacional de la formación. “Prometió el cumplimiento y el acatamiento pleno de la Constitución”, algo que, según Morant y diversos integrantes del Consejo de Ministros, “no está cumpliendo”.

Feijóo se ha convertido en una “persona antidemocrática” a ojos del Ejecutivo. Morant afea al Partido Popular su apropiación de la Constitución. “Puede cumplir un artículo o no según le interese”, ha abundado la ministra de Ciencia al tiempo que reprocha a los populares que traten de invalidar el “resto de poderes del Estado” y condicionar la renovación del Poder Judicial, “mandatado” por la Carta Magna.

Génova insiste con la sedición

Por su parte, el Partido Popular se ha encargado este miércoles de lanzar advertencias con dirección a Moncloa que desembocan en acusaciones de “traición”. Entienden en Génova que si Sánchez “regala” a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), EH Bildu y Carles Puigdemont la mayoría para renovar el CGPJ, incurrirá en el “penúltimo” acto de deslealtad a la Constitución.

El vicesecretario institucional del PP, Esteban González Pons, ha requerido al Ejecutivo que designe con presteza a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponden. Sin embargo, afloran las sospechas en la derecha de que el Gobierno incluirá en la terna a perfiles afines a ERC para condicionar la jurisprudencia del Tribunal Supremo y orientarla a su favor, así como de su predisposición a cambiar el sistema de mayorías para renovar el CGPJ.

Pons, en declaraciones a Telecinco, ha denunciado la actitud “tramposa” de Sánchez al aguardar a las nominaciones del órgano rector de los jueces y, así, “ver qué le interesa nombrar” para el Constitucional. “El Gobierno no solo es que puede, sino que debe nombrar a los magistrados del TC y cuanto antes”, ha subrayado el alto mando conservador, no sin antes responsabilizar al PSOE de la ruptura de las conversaciones.

El dirigente popular aludió al acuerdo, que incluía que el Gobierno informara previamente al Partido Popular de las designaciones de estos dos magistrados. “Tenemos la sospecha de que habrá algún afín a ERC o que, como mínimo, entre con la intención de cambiar la línea de jurisprudencia del Supremo”, ha apostillado.

En este sentido, Pons emplaza al Ejecutivo a devolverle sus competencias al Poder Judicial para evitar que nombren solo a los magistrados que “le interesa al Gobierno”, sino para que también se pueda renovar el Supremo, el órgano más afectado por la crisis institucional. De hecho, los conservadores lo establecen como línea roja para retomar las negociaciones.