La Ley del teletrabajo ha pasado los filtros del Congreso y se encamina al Senado sin un voto en contra para ser aprobada. El proyecto de ley modifica nuestros hábitos laborales y además, introduce una enmienda que actualiza las sanciones - artículo 40 de la LISOS (Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social)- de la Inspección de Trabajo, que no se revisaban desde el año 2007 y que a su vez serán más severas: se aumentan las sanciones un 20 por ciento, hasta un máximo de 983.736 euros.

Además de las sanciones, el proyecto de ley introduce novedades respecto a la mejora de la calidad de vida de los empleados tales como: considerar la edad, grupo profesional o discapacidad como causas discriminatorias. No obstante, las infracciones cometidas con anterioridad a la entrada en vigor de la ley se sancionarán conforme a las cuantías anteriores, que ascendían hasta los 819.780 euros.

El trabajador tampoco tendrá que asumir gastos adicionales relacionados con equipos o medios de desarrollo de su actividad laboral como venía ocurriendo comúnmente hasta ahora y tendrán las mismas condiciones de retribución, derecho a la formalización y estabilidad.

Según un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Estadística el teletrabajo se ha incrementado en nuestro país durante la pandemia en un 51,4 por ciento considerando que, según los expertos en materia laboral, se estima que es teletrabajo cuando el empleado realiza a distancia al menos el 30 por ciento de la jornada laboral fuera de su puesto de trabajo.

Decaimiento de la seguridad

Por otro lado, para las empresas ha supuesto un desafío en materia de ciberseguridad ya que, la seguridad informática de los usuarios es, a día de hoy, más vulnerable, según revela el informe de “Ciberamenazas” elaborado por Telefónica Tech. Muchas empresas no contaban con la preparación suficiente para adaptarse a esta nueva modalidad de trabajo y activaron de forma tardía servicios de ayuda en remoto. Además tampoco entregaron equipos a sus trabajadores que tuvieron y tienen que usar sus ordenadores personales para desarrollar su trabajo diario.

De hecho, estos ataques no han ido dirigidos únicamente a las empresas privadas. Durante el pasado año y este 2021, los hackers han conseguido introducirse en instituciones públicas como el Servicio de Empleo Público (SEPE) o Correos, llegando a paralizar el sistema durante semanas. Aunque los principales ciberataques han torpedeado a los organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud; la Agencia Europea del Medicamento; las compañías farmacéuticas y hospitales con el claro propósito de obtener información confidencial.

Horizontes mixtos

Por otro lado, algunas compañías se plantean la vuelta de sus empleados a sus puestos de trabajo para el próximo mes de septiembre aunque la modalidad ideal, según afirma CBRE, sería mixta: el 80 por ciento de los trabajadores prefiere la oficina al teletrabajo al menos tres días por semana. ¿Por qué? Están ‘agotados’ de estar en casa, especialmente quienes han de trabajar en equipo ya que en este caso, la comunicación es clave y la organización de cada miembro del equipo puede ser un handicap si nos encontramos en remoto.

Coincidiendo con esta situación, un estudio del IESE Business School, elaborado en 11 países diferentes, afirma que compaginar ambas fórmulas - trabajo en oficina y en casa- produce un incremento en el rendimiento y la calidad del trabajo de casi un 20 por ciento.

Algunas de las empresas en dar el primer paso hacia el teletrabajo fueron gigantes como Google, que en estos momentos han dado un paso atrás en su planteamiento respecto a esta formalidad y tras cerrar sus oficinas se ha propuesto construir un complejo tecnológico -Downtown West- en San José (California) con capacidad para 20.000 empleados. El campus, que tiene previsto comenzar a construirse el próximo año, contará además con 4.000 viviendas para sus trabajadores, 300 habitaciones de hotel y 800 residencias temporales para huéspedes corporativos.