Juan Carlos I estrenó el 2016 en las playas de la Polinesia Francesa gracias al dinero de la Fundación Zagatka, una sociedad instrumental con sede en Liechtenstein a nombre de su primo, Álvaro de Orleans.

La investigación abierta en Ginebra para investigar los movimientos de capital del emérito por las cuentas del país helvético apunta a esta fundación como la herramienta de Juan Carlos I para ocultar parte de su patrimonio no declarado en el extranjero, incluso después de su abdicación, momento en el que perdió la inviolabilidad.

En concreto, el monarca tomó un avión rumbo a Tahití, uno de los destinos más caros del planeta, tras tomarse las uvas en Los Ángeles. Según muestran las facturas de la agencia de viajes Midas Travel Management, habría celebrado su cumpleaños en el paraíso del pacífico hasta emprender el camino de vuelta el 9 de enero de 2016. Una 'escapada' de la que simplemente los billetes de ida y vuelta desde California junto a sus cuatro acompañantes ya habrían costado cerca de 33.000 euros.

En deuda con el ex marido de Corinna

Pero, pese a que Juan Carlos podría haber pagado el viaje con los fondos legales de su asignación en los Presupuestos Generales o desde la partida destinada a la Casa Real, el emérito lo financió con una cuenta Controlada por la Fundación Zagatka, firma creada en 2003 gracias a la comisión millonaria recibida con la venta ese mismo año del Banco Zaragozano a Barclays Bank, aunque también contaría con fondos provenientes de comisiones de la constructora OHL.

Sin embargo, Zagatka no habría pagado directamente a la agencia de viajes, si no que habría transferido el dinero a Cadenza Evening Limited, la empresa que habría adelantado ese pago y que gestiona Philip Askins, primer marido de Corinna Larsen, con quien el emérito entabló amistad en 2012 mientras terminaba su relación con la ex amante.

De confirmarse el origen opaco de los fondos de la Fundación Zagatka, la operación podría constituir un delito de blanqueo de capitales, a lo que habría que sumar otro delito de falsedad documental cometido por la factura emitida desde la empresa del ex marido de Corinna.

Esta pieza se suma ahora a la investigación de la Fiscalía del Tribunal Supremo por la comisión de 64,8 millones de euros pagados al emérito por el rey Abdulá de Arabia Saudí como contraprestación del Ave a La Meca.