Vox atraviesa una de sus crisis internas más graves desde su irrupción política y el foco apunta directamente a Javier Esteban, su hasta ahora jefe de redes sociales, denunciado por una presunta agresión sexual a un menor. El caso estalla en pleno proceso de ruptura con Revuelta, una guerra intestina que ha dejado al descubierto tensiones, luchas de poder y un deterioro acelerado de la estructura interna del partido.

En ese clima de máxima tensión se encuadra un audio de Javier Esteban al que ha tenido acceso ElPlural.com, grabado durante una conversación en la que se debatía precisamente el futuro de Revuelta. En la grabación, Esteban se muestra visiblemente alterado y mezcla el conflicto político con referencias personales: “Estamos hartos, esa es la palabra. No follo, me van a echar de casa. ¿No querrás que me echen de casa? Llevo sin mojar dos semanas porque no se me pone erecta”. Un testimonio que ilustra el grado de descomposición interna y el tono de las discusiones en un momento crítico para la organización.

La difusión de este audio se produce mientras Vox intenta cerrar filas y desvincularse tanto de Revuelta como del ya exresponsable de sus redes sociales, presentando el caso como un episodio individual ajeno a la estructura del partido. Sin embargo, la concatenación de la denuncia, la dimisión de Esteban y la guerra abierta con su antigua organización juvenil dibuja un escenario mucho más complejo: el de una formación que, lejos de la imagen de disciplina que proyecta hacia fuera, lidia con una crisis profunda en sus propias entrañas.

Vox y Revuelta: de aliados a enemigos

Lo que comenzó como una alianza estratégica entre Vox y Revuelta, su hasta hace poco cartera juvenil, se ha convertido en un enfrentamiento público que borra cualquier vestigio de camaradería. Durante más de dos años, Revuelta actuó como una plataforma de activismo juvenil que enarbolaba consignas patrióticas y movilizaciones callejeras con el beneplácito tácito de las estructuras de Vox. Pero el idilio político se quebró tras la crisis por el presunto desvío de fondos recaudados para ayuda a las víctimas de la DANA, que generó acusaciones cruzadas de falta de transparencia y mala praxis en la gestión interna.

La tensión escaló cuando figuras de Revuelta acusaron a algunos de sus propios líderes de ocultar información contable y resistirse a auditorías internas, mientras Vox optaba por marcar distancia, negando vínculos formales con la organización juvenil y trasladando la disputa a instancias externas como la Autoridad Independiente de Protección del Informante. Este giro provocó que la relación de “paternalismo político” que Vox decía ejercer con Revuelta se transformara en un conflicto de desconfianza, resentimiento y desafección que ahora domina las conversaciones internas del espacio ultraderechista.

La ruptura ha tenido manifestaciones públicas y simbólicas: manifestaciones organizadas de forma independiente por Revuelta sin el apoyo explícito de Vox, acusaciones de manipulación políticas y la filtración de audios y mensajes que evidencian la fractura, hasta entonces soterrada, entre las dos estructuras. Lo que en su día fue concebido como un semillero para la renovación ideológica del espacio ultraderechista —un puente generacional— ahora se percibe como un foco de radicalización que desafía a la dirección nacional del partido.

Javier Esteba, del corazón digital de Vox al epicentro de la crisis interna

Javier Esteban ha sido hasta ahora conocido en los círculos políticos como responsable de redes sociales y jefe de comunicación digital de Vox, una posición desde la que gestionó la presencia del partido en plataformas como X (antes Twitter) e interactuó con una base activa de seguidores en redes. Esteban llevaba en la formación desde mediados de la década de 2010 y había escalado posiciones hasta convertirse en una figura clave dentro del aparato comunicativo del partido.

Su papel no se limitaba al manejo de perfiles oficiales: Esteban participó en estrategias de engagement con votantes jóvenes y colaboró con estructuras relacionadas con Revuelta, incluso antes de la ruptura entre ambas organizaciones. En ese contexto, su acercamiento a la rama juvenil lo colocó en una posición intermedia entre Vox y Revuelta, mediando comunicaciones y, en ciertos momentos, fungiendo como puente entre las generaciones más adultas del partido y sus activistas jóvenes.

Sin embargo, esta trayectoria profesional ha dado un vuelco radical en las últimas horas tras la denuncia por presunta agresión sexual a un menor, que ha derivado en su dimisión como jefe de redes sociales de Vox y su baja como militante. Esteban ha negado rotundamente los hechos y ha acusado a los dirigentes de Revuelta de orquestar la denuncia en represalia por sus exigencias de transparencia en las cuentas de la organización juvenil.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio