José Luis Rodríguez Zapatero no comparte las críticas de sus compañeros de partido, Alfonso Guerra y Felipe González, contra el ejecutivo que preside Pedro Sánchez. En una reciente entrevista, el expresidente recordó que ahora es el turno de una nueva generación y, en tono conciliador, dejó claro que se trata de apoyar al Gobierno y de trabajar todos unidos en la misma dirección.

En política, el inevitable cambio generacional también lo protagonizó en su día Felipe González, uno de los políticos más brillantes de este país después de la muerte del dictador. El joven socialista rompió con el marxismo y deslindó al PSOE de la UGT liderada por Nicolás Redondo.

Todo eso produjo una auténtica conmoción para la militancia socialista. Pero, Felipe acercó el partido a Europa. Y aunque recibió todo tipo de reproches, los desoyó desde la seguridad de estar en lo cierto. Convencido de que estaba haciendo lo más oportuno.

Por el contrario, Alfonso Guerra, su compañero en muchas batallas, asumió el papel de estricto controlador de las filas socialistas y de los juicios adversos que nunca consintió, replicando con sangrante gracejo a los críticos.

Con esas mochilas a sus espaldas, tanto Felipe como Alfonso podrían entender que Sánchez desee sacar adelante los Presupuestos, avanzar en los próximos tres años y estabilizar su proyecto socialdemócrata, a pesar de los rejonazos que de tanto en tanto le propina su vicepresidente segundo.

“Si eres presidente sabes lo que quieres hacer: el ruido no confunde”, sostuvo Rodríguez Zapatero refiriéndose tanto a González como a Guerra. También se refirió a la oposición cada vez más agria y combativa, que encabeza el PP

Zapatero es de la opinión que, a día de hoy, la mayoría de los militantes socialistas quieren que los dirigentes que ocuparon los cargos más altos y que no están ahora en el terreno político, apoyen al Gobierno actual. Ese sentimiento acaso lo comparten muchos ciudadanos, desconcertados ante esas críticas nada constructivas, más aún en tiempo de crisis.

A su juicio, lo mejor para el bien de todos es que el gobierno de coalición se asiente y trabaje. Sus mayores, recordó, le inculcaron que debía ofrecer el máximo apoyo al Gobierno, porque la falta de lealtad no agrada y además enturbia la convivencia.

En el 2000, pocos meses después de que Rodríguez Zapatero hubiera sido elegido secretario general del PSOE frente a José Bono que resultó perdedor, ambos ofrecieron una rueda de prensa en la que mostraron que se había abierto una nueva etapa, instalada en el borrón y cuenta nueva. Cuatro años más tarde, al formar Zapatero su primer Gobierno, José Bono fue nombrado ministro de Defensa.