Afortunadamente Pedro Sánchez solo ha tenido en cuenta parcialmente mis recomendaciones y  ha intervenido a fondo, en vez de dejar que otros lo hicieran; ha sido cortés con el candidato y duro con Abascal desmontando uno a uno los argumentos esgrimidos por Vox  para justificar la moción que he seguido  con atención en sus más de seis horas iniciales.

Abascal ha sido duro pero correcto, pero principalmente se ha dedicado a atacar al PP que sin duda era su objetivo, debilitar a su adversario tratando de quitarle electores que consideran que Núñez es demasiado condescendiente con el gobierno. Ha repetido lo mismo de siempre pero con pasión, con el corazón en la mano.

Pedro Sánchez, educado como siempre, se ha defendido con un ataque fuerte y directo a una moción de censura nada constructiva a la que ha tildado de estrambótica, sin circunloquios, porque como ha dicho lo único que pretende es frenar las políticas de este gobierno progresista y se preguntaba retóricamente cómo estaría España hoy  si hubiera triunfado la primera moción de Vox, enumerando todas las cosas que no se hubieran hecho para proteger a los españoles de las calamidades que nos han azotado desde entonces.

Ha sido un debate educado  entre las dos Españas que difícilmente se pondrán de acuerdo, pero que en una democracia parlamentaria pueden convivir y que han cruzado sus espadas verbales durante dos horas y media.

Eran las doce menos veinte  cuando ha tomado la palabra el candidato sentado en el escaño del proponente y con poco fuelle, sin estridencias y sin novedades sobre el texto ya conocido. No ha sido engolado y ha carecido de énfasis, como sin ganas y cuando  parecía que se había calentado con el asunto de la memoria, recortó y acabó rápido. Realmente no ha defendido los apuntes de su programa de gobierno como si estuviera dando una clase cualquiera y no un discurso a los representantes de la nación.

Pedro Sánchez sin embargo  le ha replicado con ganas interpelándolo directamente varias veces, lo que ha sacado de las casillas al candidato que incluso ha intentado interrumpirlo como si estuviera en su aula y no sometido al reglamento del Congreso de los Diputados. El presidente le ha demostrado que el gobierno está haciendo lo correcto en todos  los capítulos de su proyecto de programa, en una situación económica compleja y difícil y que hacer lo que él  propone sería volver a los errores del gobierno de Rajoy. Cuando le hizo la pregunta de qué hubiera hecho diferente para no subir la deuda pública cuando había que proteger a los ciudadanos de las consecuencias de la pandemia, el realizador mostró la imagen  derrotada del candidato mientras oía que la política no va solo de denunciar, sino de proponer soluciones.

Pedro Sánchez ha estado demoledor e incluso  en un alarde de coordinación, mientras leía los folios del discurso consultaba su móvil color fucsia e incorporaba datos sobre las multas ambientales o sobre la criminalidad. Ha terminado sentenciando que es una moción para retroceder diez años si fuera el PP o muchos más por ser de Vox.

Tamames, visiblemente cansado y aburrido como un profesor que escucha a los alumnos en un examen oral,  estuvo ocurrente y dijo  dos verdades como castillos: que debería de cambiarse el reglamento para que las intervenciones fueran más breves y que el presidente no debería de usar todos los papeles que le preparan.

Cuando yo creía que nos íbamos al descanso sale la vicepresidenta Yolanda Díaz sonriente y llena de vida y energía, respetuosa con el candidato pero incisiva y bien preparada en los temas de su competencia que ha desgranado para acabar de desmontar el borrador que tan torpemente había defendido el candidato. He disfrutado mucho con su tono claro y directo  que demuestra que reúne todas las características necesarias para liderar la izquierda del PSOE y que si el conjunto tan abigarrado que hay en ese campo no lo acepta ya, perderán su mejor ocasión para recuperar la posición que  tuvieron. Remató la líder de Sumar ensalzando a muchos de sus compañeros de gobierno y fundiéndose finalmente en un abrazo con Pedro Sánchez.

Tamames desarmado pidió descanso a la presidenta y yo le agradezco vivamente que haya servido de excusa para ver de nuevo al gobierno unido, lleno de fuerza y con ideas para seguir gobernando y ganar las próximas elecciones. Gracias, profesor Tamames.