Montserrat Gomendio, número dos de Educación. Detrás, el ministro José Ignacio Wert.
Ambos están en el ojo del huracán por la reforma educativa y sus intentos de recortar las becas Erasmus. El ministro José Ignacio Wert y su número dos, la secretaria de Estado, Montserrat Gomendio, están de actualidad, además, por la relación sentimental que mantienen y las novedades sobre el divorcio de ella. No es moco de pavo: es la mujer más rica del Gobierno, con un patrimonio –el declarado- de 14,5 millones de euros, y posee, además, participaciones en al menos cinco empresas que operan en antiguos paraísos fiscales como Panamá o República Dominicana.
Gomendio se resiste a ceder parte de su patrimonio
A Gomendio no le está resultando nada fácil ceder el 50% del patrimonio acumulado durante 24 años de matrimonio a su ex, Eduardo Roldán, investigador del CSIC. Lo mismo que al juez que lleva la disputa matrimonial, aunque en su caso por la compleja investigación en torno a la fortuna de la secretaria de Estado. Tiene participaciones en 18 empresas, pero, como se ha dicho, algunas operan en territorios fiscalmente opacos.
La batalla judicial comenzó en diciembre de 2012
La batalla judicial de Gomendio con su exmarido comenzó en diciembre de 2012. Seis meses después de que la exinvestigadora del CSIC iniciara su relación con Wert, entre las paredes del Ministerio de Educación. Según adelanta la Otra Crónica, Gomendio lo comunicó a su ex en septiembre, mientras el ministro, a su anterior pareja, la periodista Edurne Uriarte, en noviembre.
Tres entrevistas para un puesto de secretaria de Estado
El ascenso de Gomendio en Educación ha sido meteórico. Un excompañero de Wert de su etapa en el BBVA, donde fue director de relaciones corporativas, se la recomendó cuando fue nombrado ministro. Se entrevistó con ella en tres ocasiones con la intención de ofrecerle un puesto de rango inferior al actual, pero terminó dándole el poder que hoy ostenta.
Gomendio se muve para fichar por un buen puesto en el CSIC
Gomendio ha dado en poco tiempo un giro radical a su vida y, según parece, no piensa parar. La secretaria de Estado de Educación no pierde el tiempo y ya se estaría moviendo fichas para situarse bien en la organización central del CSIC. ¿Será que la número dos de Wert prevé que al ministro peor valorado del Gobierno y a ella les queda poco tiempo en el Ministerio?
