La intrincada situación parlamentaria tras la ruptura definitiva de Junts con el Ejecutivo central ha hecho que corran ríos de tinta sobre la crisis de Gobierno, la imposibilidad de continuar la legislatura sin mayoría parlamentaria y con el bloqueo de los Presupuestos Generales del Estado de fondo. Desde la oposición se ha llegado a hablar de la posibilidad de plantear una moción de censura y se ha insistido con el adelanto electoral, no solamente para salir de la situación de bloqueo, sino para abogar por el final del Gobierno de Pedro Sánchez. Desde Moncloa, no obstante, prefieren sacar pecho y reivindicar la carga legislativa que el Ejecutivo ha sido capaz de sacar adelante durante la legislatura. Diferentes figuras han enarbolado el argumento clave de que la coalición ha ganado el 91% de las votaciones en la Cámara Baja y de que han aprobado un total de 52 leyes.

La primera figura en conducir este relato es el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Frente a las críticas de la derecha política y mediática, a las exigencias de echarse a un lado ante la situación parlamentaria y a los casos de corrupción que se ciernen sobre el entorno socialista, el jefe del Ejecutivo saca pecho de lo conseguido durante la legislatura e insiste en percutir con los datos para contestar a la oposición. "Yo me fijo en los datos", precisaba ante los periodistas un Sánchez que subraya el elevado número de victorias parlamentarias, que ronda el 91%. La "hecatombe" que vaticinaba el PP como "un disco rallado" no ha llegado a pesar de que el horizonte es complicado por la matemática parlamentaria. 

Moncloa saca pecho

Al hilo de la pauta discursiva de Sánchez, otros perfiles como el del Ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, hacen lo propio defendiendo el volumen legislativo que ha sacado adelante el Gobierno de coalición. "Esta semana hemos aprobado en el Pleno del Congreso cuatro leyes: subida de salario a los empleados públicos, ayudas a los afectados de La Palma, facilitar a los Ayuntamientos inversiones sostenibles y mejorar la atención al cliente", recordaba en sus redes sociales, antes de atestiguar, en referencia a la legislatura: "Hemos ganado el 91% de las votaciones".


Misma línea en la que se pronunciaba la diputada en el Congreso por Lleida y portavoz del PSOE. "Frente a los cenizos, datos: hemos conseguido ganar el 91% de las votaciones, y ya van 52 leyes. ¿Quién dice que este Gobierno no legisla?", se cuestionaba. 

 
También hacía lo propio el diputado por Jaén y secretario de Política Municipal del PSOE, Juan Francisco Serrano, que insistía en la misma línea: "52 leyes aprobadas, 91% de las votaciones ganadas en el Pleno y tres Real Decreto Ley y varias leyes clave en la última semana". "Gobernar es llegar a acuerdos y cumplir", reivindicaba también.


El horizonte y sus dudas

Moncloa saca pecho de lo conseguido hasta ahora en la legislatura, pero el horizonte puede ser diferente. Con la ruptura de Junts, la presión desde la derecha para convocar elecciones o para presentar una moción de censura y la posibilidad de que sea aritméticamente imposible continuar la legislatura sobre la mesa, el futuro plantea aún numerosas incógnitas que deberán resolverse pleno a pleno. No obstante, los problemas no son solo numéricos, sino que los propios socios del PSOE han urdido presión para que la situación se solvente.

El portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Gabriel Rufián, es una de esas voces que no teme a hacer pública su preocupación y que en reiteradas ocasiones ha puesto la ruptura encima de la mesa en el supuesto de que los casos de corrupción que salpican al PSOE escalen a cotas más altas del organigrama gubernamental o socialista. También, consciente de la situación, afila la crítica a un Ejecutivo al que dibuja como poco ambicioso. Dio buena prueba de ello este mismo miércoles, en una sesión de control al Gobierno en la que recriminó a Pedro Sánchez la falta de equilibrios entre lo macro y lo microeconómico. “A la gente no le llega”, lanzaba, a modo de recordatorio de que la izquierda no puede quedarse en la superficie y debe mejorar el escudo social frente a los discursos de la ola reaccionaria y la presunta corrupción.

Un hilo del que quiere tirar también Junts, al ver al Gobierno en su momento de mayor debilidad y apostar por elevar sus máximos para sacar tajada. Tanto es así que este mismo viernes su portavoz en el Congreso de los Diputados, Miriam Nogueras, aprovechaba la coyuntura para reclamar a la Esquerra de Rufián un frente común para redoblar la presión sobre Sánchez y forzar concesiones a Cataluña. La juntaire cree que han de convertir esa fragilidad en la fortaleza del independentismo, pero el llamamiento a los republicanos ha caído en saco roto y así se lo hacía saber a través de X – antes Twitter –, cuyo portavoz ha resucitado dos intervenciones públicas suyas en las que urgía a los neoconvergentes a dejar de mercadear con mensajes “tóxicos” como que en la Carrera de San Jerónimo no se legisla para Cataluña.

Independentismo catalán al margen, la posición de Rufián es compartida por el resto de actores del bloque. Desde EH Bildu se adhieren a los republicanos para forzar al Gobierno a echar el resto en el apartado social, sobre todo en materia de vivienda, como hicieron en el último Pleno de este periodo de sesiones. Lo mismo que un BNG que, además de presionar al Gobierno para motivar la dimisión del presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé, por presunto acoso sexual, insta al Partido Socialista a dar un paso más y reclaman “hechos” para poner pie en pared ante los “problemas crecientes” de los de Pedro Sánchez con la corrupción. Vienen mareas altas en la Cámara Baja.

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