Decidir ya
Y para ello piensa que lo fundamental es acabar con las dudas. En este sentido, González señala que "(el Gobierno) tendría que decidirlo ya, y si deciden que no van a ir (a pedir el rescate), que lo decidan también ya", para acabar con las tensiones. Piensa el expresidente que si con el rescate "a pesar del enorme sacrificio que supondría" se consiguiera situar la prima de riesgo hasta la banda de los 200 puntos, ahorraríamos lo suficiente, "los 18.000 o 20.000 millones de euros necesarios para ajustar el exceso de déficit".
Piensa además Felipe González que esta petición debe producirse lo antes posible porque "si el Gobierno espera hasta que la prima de riesgo vuelva a estar en 600 puntos básicos, las condiciones del rescate serán todavía mucho peores". El expresidente, en su intervención en el ESADE, se negó a aceptar la posibilidad de que Rajoy estuviera retrasando esa petición para después de las elecciones vascas y, sobre todo, gallegas. "A nadie responsable se le ocurre algo así -ha dicho González-, y creo que el Gobierno es responsable; otra cosa es que sepa lo que tiene que hacer, en eso tengo más dudas".
¿Pero qué tipo de rescate?
Eso sí, aunque Felipe González reconoce en sus intervenciones que el rescate nos obligará a "un inmenso sacrificio", también advierte que no habla de un rescate como los que viven Portugal, Irlanda o Grecia. España, y también Italia, según González, gracias a la última propuesta del BCE de compra de deuda sin límite, puede acudir ante Bruselas con unas condiciones muy diferentes.
En su habitual colaboración en ELPLURAL.COM, esta semana lo explica el expresidente. Es su opinión, frente a los modos en que se han producido los rescates de otros países, lo que tiene que hacer el Gobierno es decir "yo tengo esta posición, aquí me planto y esto es lo que quiero". Es decir, lo que piensa González es que España debe acudir a pedir el rescate, que debe hacerlo lo antes posible para evitar que siga despegando de nuevo la prima de riesgo, pero que debe ser activa a la hora de poner también las condiciones para ese rescate, y no esperar pasivamente a que sea Bruselas quien las imponga.
De la mano de Italia
En este sentido, González considera básico, acudir al rescate de la mano de Italia. Piensa el expresidente que los dos países tienen que hablar las condiciones que les resultan aceptables, y presentarse ante Bruselas con una propuesta común, dura, pero aceptable para sus propias economías.
