La Unión de Guardias Civiles, asociación de guardias civiles con representación en el consejo de esa institución, ha pedido responsabilidades a los ministros de Exteriores, Juan Manuel García-Margallo, y de Interior, Jorge Fernández Díaz, por la situación que viven los guardias que prestan servicio de interceptación en aguas de Senegal y Mauritania sin un protocolo ni condiciones necesarias para actuar frente a epidemias como el virus del ébola. “Los buques no disponen de una sala de aislamiento para evitar contagios” y estos guardias “entran en contacto físico con personas que pueden estar enfermos sin ninguna protección. Luego, en sus días de descanso, vienen a España y, sin que se les haga ninguna prueba, corren a abrazar a sus familias pudiendo poniéndolas en riesgo”, según explican fuentes de la asociación a ELPLURAL.COM

Un buque de 15 millones que no está preparado
La asociación de guardias civiles denuncia, en un comunicado, que los hombres que hacen este servicio a bordo de los buques Rio Tajo y Rio Segura (este último “costó 15 millones de euros a las arcas públicas” ) no cuenta con herramientas para hacer su trabajo humanitario. Exteriores “ha pintado de color de rosa” el trabajo de los guardias civiles en África occidental, donde actúan en colaboración con las policías locales, para impedir que se trasladen en cayucos a las costas españolas “pero la realidad es otra muy diferente”. Las condiciones de estos guardias, que prestan su servicio en el mar durante todo el año, dejan mucho que desear.

No cuentan con un protocolo de actuación
Según explica a ELPLURAL.COM un portavoz de la citada asociación, los guardias civiles no cuentan con un protocolo de actuación para interceptar los cayucos. Prestan su servicio a escasas millas de donde ha aparecido el brote de ébola, no tienen ningún conocimiento médico para evitar el contagio y ni saben cómo tratar al portador del virus, no tienen termómetros térmicos, por lo que lo deben tomar la temperatura corporal con termómetros de contacto y, además, sin mascarillas y guantes específicas y ropa adecuada”.

"Mascarillas... cuando las hay"
El portavoz puntualiza que la función de los guardias es “interceptar los cayucos que salen hacia Islas Canarias y una vez interceptados los suben a bordo del buque español. No saben si los emigrantes tiene ébola, sarampeón, rubeola …Llevan simples guantes de látex, y mascarillas... cuando las hay. Una vez en la embarcación, les ponen un termómetro de contacto. Luego los llevan a tierra y las autoridades del país les confinan en un sitio cerrado. No sabemos qué pasa con esa gente, pero nuestro trabajo termina ahí”.

¿Qué hacen si los interceptan en aguas internacionales?
El problema es aún mayor, si son detectados en aguas internacionales, “porque estamos obligados a dar asistencia a todas las personas que lo necesiten. Entonces, ¿qué hacen? No hay un protocolo tampoco para actuar fuera de las 16 millas en aguas senegalesas. No es de extrañar, si se tiene en cuenta que un punto tan sensible para la llegada de inmigrantes como Ceuta los guardias tampoco tienen un protocolo. Aún estamos pendientes de que se apruebe. En caliente, los devuelves y en frío, los retienes y esperas a que alguien tome la decisión…”.

Preocupación por los guardias que trabajan en territorios de África
La asociación también expresa preocupación por los guardias civiles que trabajan en territorios de Mauritania, Senegal, Zambia, Gambia, Guinea Bissau, y en el centro de África , donde recientemente han sufrido un ataque terrorista y ha habido un guardia herido. El trabajo de estos guardias es dar formación policial a los agentes locales a través de convenios de colaboración firmados por el Ministerio de Exteriores.