Cuando pensábamos que las cosas podían no ir tan mal, apareció en TVE1 Esperanza Aguirre para hundirnos de nuevo en el estupor. No dejó títere con cabeza. Criticó la decisión del presidente de su partido, Pablo Casado, por su anuncio de votar no a la moción de censura contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez, propuesta por VOX en el Congreso, ya que, dijo "no hay gobierno más censurable en todo el mundo (…) por "número de muertos, por las mentiras y por decir que jamás pactaría con Podemos".

Aguirre afirmó que el centro derecha tiene que unirse porque, para la antigua presidenta de la Comunidad de Madrid, VOX es de centroderecha en una ecuación en la que Ciudadanos está más a la izquierda y el PP en el centro, y además es un partido “mucho más constitucionalista que el Gobierno”. Casado tiene por tanto que unir el centro y la derecha, para garantizar el triunfo, sobre todo en las circunscripciones más pequeñas.

Acto seguido, anunció públicamente que esa misma tarde iba a llamar al ultraderechista Santiago Abascal para ejercer de mediadora en esa operación. También aclaró que la culpa de lo que está pasando en la derecha es que Rajoy Brey legó a Casado un PP dividido en tres, al permitir que liberales (Ciudadanos) y conservadores (VOX) montaran su partido. De esos polvos, estos lodos vino a explicar.

A este llamamiento de Aguirre, desde VOX respondieron con cortesía, pero firmemente, aceptando tomar un café con la veterana política, pero desentendiéndose de cualquier posible negociación y negando ser una escisión del PP sino, por el contrario, dueños de su propio proyecto político.

Los de Abascal deben estar temblando por el interés de esta señora en sus asuntos. No olvidemos que de la mano de Esperanza Aguirre han conocido prisión dos de sus más directos colaboradores, Ignacio González y Francisco Granados; que su sucesora, Cristina Cifuentes, quedó en muy mal lugar y tuvo que abandonar la presidencia madrileña a causa de un título de master en derecho autonómico que se descubrió irregular y que la actual inquilina del edificio de la Puerta del Sol, desde donde se gobiernan los destinos de Madrid, no está en muy buena situación.

Ya se puede andar con cuidado Isabel Díaz Ayuso, pues procede de la misma cuadra: antes era la community manager que manejaba en redes sociales la cuenta de Pecas, el perrito de Esperanza Aguirre. Inasequible al desaliento, la lideresa asegura que Ayuso es una crack y que la culpa de su mala imagen es del Gobierno, decidido a derrocarla. Repecto a Telemadrid, dirigido por los podemitas, si esto no se remedia acabaremos todos como Venezuela. En defensa del Rey emérito, recordó que Corinna, que antes era una señora muy guapa, “ahora está horrorosa”. Se puede decir más alto, pero no con más veneno.