Esta semana, la Comunidad de Madrid ha lanzado una campaña publicitaria con el objetivo de fomentar que los clientes de los bares dejen propina a los camareros. Un spot que ha recibido fuertes críticas en las redes sociales, abogando por "mejores salarios en lugar de limosnas", tachándola de "insulto a la clase trabajadora" y recordando que lo verdaderamente importante es que "los empleadores respeten la ley y paguen salarios adecuados". A esta respuesta en masa se ha sumado el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.

Por su parte, el título del anuncio de la Comunidad de Madrid reza: “Ha llegado la hora de volver a hacer sonar las campanas de nuestros bares y restaurantes”, hilo del que ha tirado Escrivá para aportar su respuesta:

“Lo que ha llegado es la hora de apoyar políticas (reforma laboral, Salario Mínimo Interprofesional) que propician mejores empleos con mejores salarios formales, por los que se cotice a la Seguridad Social, asegurando para los trabajadores mayores pensiones y prestaciones sociales”, ha tuiteado el titular de Inclusión, sumándose a las quejas del resto de usuarios de Twitter, que enarbolan sus críticas en la misma línea.

 

Por su parte, el economista Eduardo Garzón también ha señalado las deficiencias de esta campaña, con un mensaje enfocado en los abusos laborales:

“La hostelería es el sector en el que más abusos laborales se cometen, pero en vez de hacer una campaña para que los empleadores respeten la ley y paguen bien a sus trabajadores, la Comunidad de Madrid hace una campaña para que los clientes paguen lo que no pagan los empleadores”, ha escrito.

A su vez, cabe indicar también el resto de rocambolescos titulares que ha dejado Ayuso esta semana: por un lado, la presidenta madrileña ha confirmado que aparecerá en la edición navideña del programa ‘Masterchef’, y por otro, nueve médicos se encerraron en la Consejería de Sanidad para protestar por las condiciones laborales que la Comunidad de Madrid les impone, y la respuesta que dio Ayuso fue calificarles de ‘okupas’ y no aportar ninguna solución.