Alfonso Alonso, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, ha 'sorprendido' a todos. Ahora dice que hasta el próximo día 24, cuando se reúna por última vez antes de las vacaciones la Diputación Permanente, en el PP no se adoptará ninguna decisión definitiva sobre la posible comparecencia del presidente del Gobierno. Lo máximo que se ha atrevido a decir Alonso es que Rajoy "naturalmente comparecerá", aunque no lo hará "convocado desde Soto del Real".



Perplejidad y desánimo en el PP
Seguramente Alfonso Alonso no pretendía ponerse misterioso con estas declaraciones tan faltas de precisión. La realidad, más que probablemente, es que él mismo no sabe a favor de qué estará el próximo 24 de julio. O sea, que ha procurado no pillarse los dedos, porque lo mismo en un giro más de la 'realidad orwelliana' a la que nos someten desde Moncloa y desde Génova a los ciudadanos y a sus dirigentes, el portavoz 'popular', que hasta ahora ha dicho "que no hay elementos que justifiquen la comparecencia", muy bien podría encontrarse ese día con que tuviera que argumentar 'en favor de la comparecencia inmediata' que ahora niega.

Y es que en PP el despiste sobre lo que va a pasar en el minuto siguiente es total. Cualquier diputado del partido del Gobierno al que uno se acerque en posición "off the record" muestra su perplejidad y desánimo, pero nadie levanta la voz. Y los pocos que lo hacen en seguida se ven en titulares en toda la prensa.

Titulares para quien se atreve a hablar.., aún sea con críticas suaves
Fue el caso de la presidenta del PP en el País Vasco, Arantza Quiroga, que en un desayuno delante de Rajoy dijo que "los militantes estamos asqueados con el caso Bárcenas", o de la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, que calificó de "losa para el partido el caso Bárcenas". Declaraciones muy suaves, y en las que está claro que ellas, muy adeptas a la 'línea Moncloa', no pretendían pedir responsabilidades a Mariano Rajoy, pero que al menos se atrevían a insinuar que hay que 'limpiar' el partido por el asunto Bárcenas. Bastante para ganarles titulares y muchos minutos de tertulias.

Y es que como le dice a ELPLURAL.COM un veterano, pero influyente, líder del PP, el partido viven en medio de la ley del 'silencio de los corderos'. "El partido está muerto, no hay nadie que se atreva a decir nada. No hay en la estructura del partido en estos momentos ninguna persona con capacidad ni personalidad de plantarse y decir que hay que dar un paso adelante, salir y dar una explicación en lugar de vivir esta continua sangría que nos ha llevado a perder la credibilidad en la calle", nos dice.

Aznar se ve por fin fuera del ojo del huracán
Ese nadie, tan sólo tiene dos excepciones: Esperanza Aguirre y José María Aznar. Alguien que se mueve en el entorno de Aznar nos asegura que no tienen ninguna coordinación entre ellos dos, y que su relación no es especialmente cercana. Incluso nos niegan que el expresidente esté en estos momentos influyendo sobre el 'ritmo' de 'exclusivas' con las que El Mundo y Bárcenas están procediendo a hacer estallar el caso.

Eso sí, esas fuentes reconocen a ELPLURAL.COM que Aznar respira al verse, por fin, fuera del ojo del 'huracán Bárcenas', en el que hasta ahora parecía como más culpable que el propio Rajoy. "Ahora lo que hace es limitarse a contemplar como Rajoy tiene que gestionar el asunto, del que hasta ahora parecía el menos 'tocado'... Se acaba la historia del 'viejo PP' de Aznar, corrupto, y 'el nuevo PP' de Cospedal y Rajoy, limpio", nos dice.