La última vez que se 'vieron' Cospedal y Bárcenas fue en el Juzgado de Instrucción número 4 de Toledo. Foto EFE



“Inutilidad sobrevenida”, este es el término legal elegido por el teniente fiscal y delegado de Violencia de Género de Toledo, José Ignacio Hernández, para cambiar radicalmente de opinión y oponerse ahora a la declaración de Luis Bárcenas (que él mismo pidió el pasado mes de marzo, como publicó ELPLURAL.COM) en el juicio civil que se celebrará el próximo 27 de junio en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de la ciudad, donde María Dolores Cospedal presentó una denuncia contra el extesorero del PP por vulnerar su derecho al honor. Bárcenas acusa a la secretaria general de recibir una supuesta mordida de 200.000 euros para financiar su campaña en las elecciones autonómicas castellano-manchegas de 2007 a cambio de la concesión a Sacyr del servicio de recogida de basuras de la capital regional.

No habrá espectáculo vía plasma
Cospedal se sale con la suya. La cuestionada secretaria general del PP quería evitar a toda costa un nuevo ridículo vía plasma desde la cárcel de Soto del Real, en donde el presidiario Bárcenas logró un protagonismo absoluto en detrimento del prestigio personal de la también presidenta de Castilla-La Mancha, que tuvo que oír, como toda España, decir al extesorero aquello de: “Es esta mano la misma que entregó el sobre a Cospedal” y a Rajoy con 25.000 euros de dinero negro “en billetes de 500”. Por ahora no podremos presenciar los momentos vividos el pasado 18 de octubre, puesto que el fiscal no ve necesario lo que reclamaba ineludible en la vista previa de marzo: la “presencia plasmada” del hombre que guardaba en Suiza, entre otros destacados miembros del PP, según Pablo Ruz, cerca de 50 millones de euros. El titular del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional ha cursado una nueva comisión rogatoria al país alpino en la que solicita la identificación del político que tenía en 2009 seis cuentas en el Dresdner Bank de Ginebra, la misma entidad que prestaba sus servicios bancarios al extesorero Bárcenas.

Jueza y Liaño, con las manos atadas
En su escrito de rectificación, el fiscal considera ahora“inútil” la declaración de Bárcenas, ya que asegura que la documentación remitida por el juzgado de Ruz es suficiente y que, por lo tanto, se ha producido una “inutilidad sobrevenida” y no es necesario el interrogatorio de Bárcenas, a pesar de que es el denunciado y que su no presencia podría causarle indefensión, ya que no podrá contestar a las acusaciones de Cospedal ni a las maniobras del letrado de la secretaria general del PP, Adolfo Prego, como sí lo hizo el pasado octubre vía plasma. En este sentido, fuentes jurídicas consultadas por ELPLURAL.COM aseguran que al titular del juzgado no le queda “otra salida que aceptar la petición del fiscal, ya que se trata de un causa civil”, lo que impide también que el abogado de Bárcenas, el exjuez Javier Gómez de Liaño, no pueda tampoco proponer la declaración de su defendido, como subraya el fiscal en su alegato, recordando que “no es posible que las demás partes o el juez insten su práctica (llamar a Bárcenas a declarar)”.

Bárcenas, no; Pedrojota, sí
Sin embargo, llama la atención, y de qué forma, que en el juicio no pueda explicarse el principal afectado y que el fiscal Hernández mantenga intacta su petición de comparecencia de la propia Cospedal y del exdirector del diario El Mundo, Pedrojota Ramírez, que gracias al Ministerio Fiscal tendrá su minuto de gloria en condición de testigo. El periodista publicó en el diario de Unidad Editorial un artículo bajo el título Cuatro horas con Bárcenas donde se narraba la supuesta comisión de los 200.000 euros cobrados por Cospedal durante la campaña electoral de 2007, quien rechaza la acusación y reclama al extesorero 100.000 euros por atentar contra su derecho al honor. Recordar, eso sí, que ésta no es la primera denuncia de Cospedal contra el otrora compañero de Senado y de sede política. El pasado 18 de octubre perdió el “primer asalto” y Bárcenas pudo señalar a ella y a Rajoy como los perceptores de “25.000 euros” cada uno, dinero procedente de la caja B, o lo que es lo mismo, dinero negro destinado a pagar sobresueldos de determinados líderes populares.