Y es que la derechona no puede evitar soltar sus zarpazos aún en situaciones extremas. El presidente del PP, Pablo Casado, protagonizó este miércoles en el Congreso un notable espectáculo. Fue en la presentación que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo del decreto de medidas extraordinarias para atajar el coronavirus.

El líder conservador afirmó, cara a la galería, su apoyo al Gobierno pero enseguida le acusó de “negligencia dolosa,” en referencia a la manifestación del 8-M, y denunció que el presidente, parapetado en la Moncloa, no tomaba decisiones, entre otras lindezas.  El ultraderechista portavoz de VOX, Espinosa de los Monteros, remató la jugada al alza calificando a Iglesias y a Sánchez de peligro para la supervivencia del pueblo español y otras barbaridades más.

No es momento para numeritos de ese estilo en una situación tan dramática en la que todos estamos en vilo, haciendo lo que debemos para intentar frenar la enfermedad. Más sensato fue Aitor Esteban, portavoz del PNV, que avaló las medidas del Gobierno aconsejadas, consideró, por una situación cambiante.

Pedro Sánchez, que había realizado una exposición sensata y coherente de las necesarias medidas a abordar, resaltando su compromiso de que nadie se quede atrás, dio la talla de un político crecido en madurez y experiencia.  Recuerda a la definición de Winston Churchill: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Hoy por hoy y mirando hacia atrás hasta el día de su investidura, era imposible imaginar entonces que dos meses y medio más tarde, Sánchez se enfrentaría a esta crítica situación con tal capacidad política.

El Presidente habló de la soledad de las personas fallecidas y la desolación de sus seres queridos. Subrayó el heroísmo de los que hacen frente a la enfermedad y la solidaridad de los españoles. Expresó su objetivo de que las medidas planteadas sirvan después para recuperar los empleos y la fuerza productiva, y para consolidar el estado de bienestar cuando todo haya pasado.

La presentación de unos Presupuestos de Reconstrucción social y económica será el reto inmediato. Para ello, Sánchez pidió el apoyo de todas las fuerzas políticas, superando los desacuerdos. Hizo bien en no entrar en confrontaciones porque, dijo, la única preocupación del Gobierno será “derrotar al virus, conseguir que la última persona enferma esté en casa y que la economía se haya recuperado.”

Pero, no se mordió la lengua cuando recomendó a los de Vox que mirasen con agradecimiento al facultativo que les pueda atender, sea cual sea el color de su piel o su acento. Al PP solo le pidió que la buena voluntad manifestada al inicio prosiga y se haga visible.

Estamos a la espera.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com

@enricsopena