Hace tiempo que los portavoces de la izquierda parlamentaria saludan de forma oficial y cooficial. Buenos días, bos días, bon dia, egun on. Este ejercicio dejará de circunscribirse al saludo, dando paso, tal vez, a un qué tal, com estàs, zelen zaude. Lo que hasta ahora pretendía ser un ejercicio de lenguaje inclusivo, menos circunscrito esta vez al género que al nacimiento, entrará dentro de nuestra nueva normalidad tanto en las comparecencias orales en el Congreso de los Diputados como en el registro de escritos y documentos oficiales.

Fue la primera de las peticiones del nacionalismo catalán para armar una mayoría parlamentaria suficiente que protegiese la mayoría progresista en la Mesa del Congreso de los Diputados, donde, además, la presidenta del órgano de control, Francina Armengol, firme defensora de la diversidad lingüística y con gran conciencia plurinacional, jugará un papel destacado en sus labores de intermediación y fiscalización de las sesiones que tengan lugar en la casa de la soberanía nacional.

Será a partir de las 12.00 horas cuando el Congreso de los Diputado tomará en consideración, debatirá y votará la reforma del Reglamento de la Cámara para permitir que las lenguas cooficiales puedan ser utilizadas indistintamente en el plenario. Como 'Pedro VI, el Ceremonioso', que definió Jorge Pueyo, diputado de la Chunta Aragonesista, el pasado jueves, tras la junta de portavoces en la que se debatió acaloradamente sobre la idoneidad de la medida.

No obstante, y pese a que por lo general lo nacional ocupa en mayor medida la atenció informativa, las miradas se depositarán en las conversaciones que tengan lugar en Europa, donde, pese a la petición formal y por escrito realizada por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, varios países no acaban de ver claro la inclusión de idiomas como el euskera, el catalán o el galego a su ya de por sí larga lista de idiomas que se pueden hablar tanto en Estrasburgo como en Bruselas. Concretamente, en la Unión Europea tienen el rango de lenguas utilizables hasta 24.

Un dato abultado que no facilita, sin embargo, el visto bueno de los Veintisiete. Para desasosiego de los diferentes nacionalismos españoles, además, cabe recordar que es necesario el voto favorable de la totalidad de los países implicados, por lo que un ‘no’ convertiría en insalvable, de momento, que las exigencias de partidos como ERC o Junts para negociar la investidura de Sánchez pudieran ser palpables en el corto plazo en Europa.

Los más reacios, por el momento, han sido tanto Suecia como Finlandia. Desde Estocolmo señalan que se necesita un análisis reposado, escuchar sus demandas y hacer un balance que deje blanco sobre negro cómo afectaría la implementación de las lenguas cooficiales que se hablan en España a las arcas de la Unión. El Gobierno de Helsinki, que se sumó al rechazo sueco a los pocos minutos de hacerse público, señala, además, que la inclusión de estos idiomas ralentizaría, todavía más, “las decisiones y entradas en vigor de regulaciones europeas”.

Hechos, no promesas

El previsible portazo comunitario aumenta la dificultad interna para apalabrar la investidura del actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Pese a que por el momento el candidato designado por el rey es el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, la izquierda empieza a configurar la nueva reedición del bloque de la investidura para que la XV Legislatura de nuestra democracia comience de manera formal su andadura. El primer paso tuvo lugar el pasado 17 de agosto, con la votación de la Mesa, y fue entonces cuando la demanda a Europa de las lenguas cooficiales salvó el primer desencuentro entre Junts per Catalunya y el Gobierno.

“Queremos hechos, no promesas”, advirtió semanas después Carles Puigdemont, expresident de Catalunya y eurodiputado prófugo de la Justicia que está liderando las conversaciones. Ahora, frente a un posible revés europeo, el independentismo catalán vuelve a la carga y pide al Ejecutivo nacional que haga todo lo posible por salvar esta propuesta. Por el momento, el Gobierno se ha comprometido en Bruselas a financiar el tiempo que se tarde en estudiar la viabilidad de la inclusión de estas lenguas, pagando, de esta forma, todos los costes derivados de la fiscalización europea.

Ha sido el propio Félix Bolaños, ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática quien, este mismo lunes, ha asegurado que “el Gobierno está haciendo todo lo que está en su mano” para que el catalán sea oficial en la UE: “Para el Gobierno es un motivo de orgullo poder facilitar que las lenguas cooficiales en España también sean lenguas oficiales en el seno de la Unión Europea", ha dicho en referencia al próximo Consejo de Asuntos Generales (CAG) que decidirá sobre esta cuestión este martes.

Más fácil en el Congreso

Será más fácil en el Congreso. El de este martes será un pleno tenso, con una derecha que se niega a aceptar el mandato de las urnas y de las negociaciones venideras. No obstante, la misma mayoría que facilitó la designación de Armengol como presidenta de la Mesa tendrá en su mano el cambio reglamentario. Tanto PP como Vox han estudiado, de hecho, la posibilidad de recurrir ante los tribunales. No obstante, la doctrina del Tribunal Constitucional, que avaló el pasado mes de abril el uso de las lenguas cooficiales siempre que no provoque indefensión, complica sobremanera el posible juego del lawfare conservador.

Los órganos de dirección de los partidos que comparten la necesidad de expresarse en su lengua de origen ya están caminando en esta dirección. De hecho, este mismo lunes, 24 horas antes de acudir al Congreso de los Diputados a defender la idoneidad del cambio reglamentarios, formaciones como Esquerra Republicana de Catalunya ya han acordado que sus diputados comparezcan en el Hemiciclo en catalán.

La encargada de explicar lo acordado ha sido la portavoz de la formación, Raquel Sans: “Es evidente que ERC hará las declaraciones en catalán y así se deriva de la Permanente de esta mañana”, confirmaba. Además, preguntada por si Gabriel Rufián, portavoz parlamentario de los republicanos en Madrid, no volverá a comparecer en castellano, Sans ha confirmado que el compromiso es que si lo hace en nombre de ERC, “el compromiso es ese”.