La fumata blanca emanaba del Congreso de los Diputados este jueves después de que los partidos independentistas y el Gobierno de coalición alcanzaran un acuerdo para sacar delante de una vez por todas la ley de Amnistía, con cambios eso sí. El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Felix Bolaños, se felicitaba a sí mismo desde el patio de la Cámara Baja, eufórico por el fin de un tedioso viaje. Este viernes, la alegría sigue presente en las palabras del ministro, pese a las complicaciones que ha prometido Carles Puigdemont de aquí en adelante.

“Tenemos todo el derecho a continuar el proceso de independencia, a hacer política y ejercer nuestros derechos sin ser violentados por las estructuras del Estado”, ha comunicado el expresidente catalán a través de sus redes sociales. De cara a la aprobación de próximas leyes, ha adelantado que el Ejecutivo tendrá que sudar. “Lo que corresponde es negociar pieza a pieza, no dar nada por aprobado y abordar todas las cuestiones, desde los Presupuestos al reconocimiento nacional y el ejercicio del derecho a la autodeterminación”, publicaba. Próxima parada, Presupuestos Generales del Estado (PGE).

No obstante, estas palabras no han rebajado el suflé de Bolaños. “Ayer fue un gran día para la democracia española y para superar un conflicto tan grave y acusado como el que tuvimos en Cataluña hace unos años. Estaba contento y estoy contento, no lo voy a negar”, ha reconocido en una entrevista concedida a la Cadena Ser. “Que los partidos independentistas lo sigan siendo, nadie puede aspirar a otra cosa”, ha trasladado, añadiendo que “lo que decimos los responsables políticos es importante, pero más lo que hacemos”.

La convivencia en Cataluña en la actualidad no tiene comparación con la tensión que se vivía hace ya más de cinco años y esto es la principal muestra que el ministro presume, haciendo hincapié en el periodo abierto con esta nueva legislatura. “Desde el año 2018, en España se cumple la ley y, desde las Elecciones Generales de julio, los partidos independentistas están haciendo política dentro de las instituciones y están apoyando una presidenta del Congreso y una investidura socialista”, ha expuesto, evidenciando las cesiones que también ha realizado Junts per Catlunya.

Defensa a ultranza de la ley

El Gobierno ha conseguido superar el primer escollo de la legislatura. Los independentistas anticipan que habrá muchos más, pero desde la cúpula socialista reniegan de anticipar acontecimientos y prefieren celebrar el acuerdo alcanzado. “Es una ley que ha costado mucho trabajar y hacerla, pero ha quedado muy sólida, constitucional desde el derecho español y europeo y, por tanto, estoy convencido de que las bondades de esta ley se verán con mayor facilidad cuando tengamos perspectiva”, ha trasladado Bolaños, que equipara el contexto al vivido con los indultos.

La amnistía tocaba y el titular de Presidencia considera que “es un paso coherente después de los indultos”. Dos años han pasado desde que la medida de gracia fue concedida a los encarcelados y, pese a que al principio se levantó mucho revuelo en torno a la decisión de Pedro Sánchez, Bolaños asegura que “ya casi nadie discute que fueron útiles para fomentar la convivencia y normalizar la situación política y social en Cataluña”.

Una decisión valiente” tomada hace años que ha querido reeditarse, aunque el debate social no está tan decantado como gustaría a los socialistas. No obstante, desde la formación mayoritaria del Gobierno confían en que dentro de unos años “comprobemos que esta ley se ha dado un paso definitivo para cerrar una etapa de enorme conflicto, una década perdida para Cataluña”. Los independentistas lo seguirán siendo, pero se aspira a que manifiesten su ideología dentro de las instituciones y siguiendo los trámites legales. 

“Cuando nos sentamos con partidos independentistas, con los que pensamos muy diferente, lo que no aspiramos nunca es a convencer a nadie para que dejen de ser independentistas”, ha plasmado Bolaños. La prioridad, asegura, es “trabajar para que la sociedad catalana esté más cómoda y entienda las políticas del Gobierno como políticas que están trabajando por la reconciliación y la convivencia”. Con la aprobación de la normal el próximo jueves en el Congreso, el ministro considera que esto queda plasmado.

El ministro ha querido cerrar su discurso celebrándose de nuevo, trasladando los logros que considera que el Ejecutivo de Sánchez ha conseguido en los últimos años. “El porcentaje de catalanes que quiere ser independiente o incluso que quería recurrir a una vía unilateral han caída”, asegura. Menos del 10%, ha traslado, optaría ya por la vía unilateral, mientras que “el 90% de la sociedad catalana quiere acuerdos y convivencia”. Esta es la bandera del PSOE y Bolaños no piensa soltarla pese a los envites que no cesarán próximamente.