El 7 de enero Pedro Sánchez logró ser investido presidente del Gobierno, sustentado en una coalición con Unidas Podemos que originó el primer Ejecutivo conformado por líderes de dos partidos de la historia de la democracia española. Una novedad que ha sido duramente criticada por los partidos de la oposición, que han acusado a Sánchez de ceder ante la evidencia de que esta era la única opción de lograr la mayoría parlamentaria necesaria para desbloquear el escenario y dar arranque a la XIV legislatura de nuestro país.

Más allá de los vituperios y exabruptos de los dirigentes del PP, Vox y Ciudadanos, la demoscopia muestra una subida importante de los dos partidos que conforman el Ejecutivo. Los socialistas siguen subiendo, alcanzando el 30,9% de los votos y sacando doce puntos al PP. Por su parte, Unidas Podemos logra la tercera plaza, superando a la extrema derecha según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de febrero.

Este análisis demoscópico, además, ha profundizado en qué les parece a los españoles la actuación del Gobierno de coalición en sus primeros meses de andadura. Sobre su conformación, una mayoría considera que llegar a un acuerdo fue positivo (35,6%), mientras que un 34,6% expone que esta alianza es contraproducente para los intereses de la nación.

Sin embargo, estas cifras varían si la pregunta se centra en nombres concretos. Sobre los rostros que conforman el Consejo de Ministros, con cinco miembros de Unidas Podemos dentro del Gobierno -Pablo Iglesias, Irene Montero, Yolanda Díaz, Alberto Garzón y Manuel Castells-, un 38,3% de los encuestados sostiene que los cargos escogidos por el presidente le provocan “mala impresión”, superando así al porcentaje de los que consideran que hay un buen equipo para hacer frente a los retos del futuro a los que se enfrenta el país (31,2%).

Relacionado El PSOE, el partido con más voto fiel; Vox, el que más rechazo provoca

Un porcentaje que se agrava si se pregunta por la sensación de estabilidad que desprende la unión. Pese a que Unidas Podemos y PSOE se esfuerzan en mostrar que hay buena sintonía, repartiendo responsabilidades y protegiendo las labores de sus compañeros -pese a la evidencia de estar defendiendo aspectos que anteriormente fueron rechazados-, los encuestados no terminan de confiar en que el Ejecutivo pueda acabar la legislatura. La debilidad aritmética, la dependencia de partidos nacionalistas e independentistas y el esfuerzo de la oposición por no alcanzar acuerdos de Estado son factores que provocan que el 43,8% piense que este Gobierno no agotará los cuatro años de legislatura. Paralelamente, un 34,8% confía en que sí que puedan agotar el período máximo.

Relacionado Abascal y Sánchez, los culpables de la crispación según el CIS

Comparación con Rajoy y retos del futuro

Sin embargo, y pese a la vaguedad porcentual de los resultados anteriores, fluctuantes y dependientes del matiz de las preguntas, el Gobierno de coalición despierta mayor simpatía que el anterior de Mariano Rajoy, cesado tras la consumación de la primera moción de censura que triunfó en nuestro país por la corrupción acumulada por los conservadores.

Un 43,7% de los encuestados sostiene que las cosas irán mejor que con el expresidente popular, mientras que solo un 27,5% cree que este Ejecutivo será peor para el interés nacional que el de Rajoy. Gran culpa de este resultado la tiene la confianza depositada en socialistas y morados para poner fin a los problemas de índole social: si bien es cierto que hacer frente a la situación económica ocupa el primer lugar de las prioridades de los encuestados (29,3%), le siguen aspectos como luchar contra el desempleo y la precariedad laboral (25,5%), combatir las desigualdades sociales (13,8%), resolver la situación en Cataluña (8%), mejorar los servicios públicos (7,4%), garantizar las pensiones (5,6%), luchar contra el cambio climático (3,2%) o promover la igualdad entre hombres y mujeres (2,4%).