Se Acabó la Fiesta, agrupación creada y dirigida por Luis Pérez, no cuenta con ningún programa electoral que defina las líneas ideológicas y las propuestas políticas del proyecto y únicamente puede encontrase un eslogan página web: “persiguiendo corruptos, pederastas y criminales”. Más allá de estas palabras y de la pretensión de construir la cárcel más grande de Europa en uno de los países más seguros del mundo, la realidad es que la primera actuación del influencer de extrema derecha ha sido sumarse a la familia más extremista del Parlamento Europeo, al que accedieron con tres escaños tras las últimas elecciones.
El grupo de ultraderecha está capitaneado por Alternativa para Alemania (AfD), que había sido expulsada de otra de las familias de extrema derecha, la de Marine Le Pen y Matteo Salvini, por sus postulados en defensa del nazismo. Maximilian Krah, líder de AfD, aseguraba hace un mes que no todo el que llevase un uniforme de las SS, brazo armado, policial y represivo del régimen de Adolf Hitler, “era automáticamente un criminal”. Por si no había quedado claro, Krah ejemplificó su postulado con el nombre de Günter Grass, Nobel de Literatura, y continuó blanqueando el nazismo.
Esta postura resultó alarmante hasta a otros partidos ultra del continente. “AfD ha franqueado líneas rojas”, aseguraba Jordan Bardella, número dos de Le Pen y cabeza de lista en las elecciones europeas. La extrema derecha alemana, que ha utilizado eslóganes nazis en manifestaciones y actos, también está salpicado por un escándalo de espionaje. Uno de los asesores del partido está en estos momentos investigado por entregar de forma reiterada información sobre negociaciones y decisiones del Europarlamento a China. Sin embargo, nada frena a la agrupación nazi en su pretensión de formar una nueva familia europea, que oficializará esta semana.
El hogar de estos extremistas, tal y como ha adelantado el periódico alemán Spiegel, se denominará ‘Los Soberanistas’ y bajo su techo ya se encuentran Luis Pérez y otras ocho formaciones. El partido más numeroso es la AfD, con 15 eurodiputados y el liderazgo del grupo, y cuenta con el acompañamiento de una amalgama de grupos racistas y xenófobos, comprendidos entre el fascismo, el reaccionarismo y el nacionalcristianismo. Los segundos más numerosos, con seis escaños, son los polacos de Konfederacja, antieuropeístas y declarados enemigos de las personas LGTBI que buscan recuperar los valores tradicionales polacos.
Las siguientes formaciones con más representación son la española y la búlgara (Vazrazhdane), ambas con tres sillones. Entre los extremistas búlgaros compañeros de Se Acabó la Fiesta destaca su líder, Kostandin Kostadinov, antieuropeísta y prorruso. Con dos escaños se incluyen los eslovacos de Republika, fundado por exmiembros neonazis del ĽSNS y señalado por neofascista, y S.O.S. România, euroescépticos y partidarios de anexarse parte de Ucrania. La suma de 34 escaños la completan con un eurodiputado los griegos de Niki, nacionalistas helenos, los húngaros de Mi Házank Mozgalom y los franceses Reconquête, liderados por Éric Zemmour.
La suma total, legal al integrar a miembros procedentes de un mínimo de siete países distintos, podría dar a la familia una cierta capacidad de influencia en el Parlamento Europeo. Por el momento, la agrupación afronta una batalla nacional, las elecciones parlamentarias que afronta Francia. A ellas concurre Zemmour, después de que su formación no consiguiese alcanzar un pacto con Le Pen, y las previsiones son negativas para ‘Los Soberanistas’ franceses.