El fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba ha provocado una reacción conjunta de toda la clase política que solo deja fuera a los sectores más extremos como Vox o las juventudes de la CUP. Muchos de los políticos que han pasado por la capilla ardiente del Congreso de los Diputados reconocían su trascendental labor para la democracia y para el conjunto de España, a pesar de situarse en las antípodas ideológicas. En este sentido, destacan los numerosos apelativos cariñosos que Mariano Rajoy le dedicó en su artículo Rubalcaba, un rival admirable.

Por ello, llama poderosamente la atención el silencio de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ante la pérdida del hombre más importante para explicar la desaparición de la principal banda terrorista española.

ETA dejó 829 víctimas hasta desintegrarse en 2011 con Rubalcaba al frente de la cartera de Interior. Sin embargo, él evitó ponerse medallas y prefirió repartir los méritos de una victoria histórica de la democracia española. "Todos los Gobiernos buscaron un final dialogado, algo que no fue posible porque la organización terrorista siempre trató de imponer sus condiciones", dijo.

Se esperaba, por tanto, algún comentario de la AVT ante un suceso que se convirtió en protagonista de la actualidad española, por delante, incluso, de las triples elecciones del 26M. Pero, por el contrario, ni la asociación -bastante activa en Twitter, Facebook o Youtube- ni sus más importantes dirigentes, como Ángeles Pedraza o Maite Araluce, han hecho mención o comentario alguno relacionado con el ex-dirigente socialista.

Un mutismo que, de deberse a motivaciones políticas, dejaría a la AVT en el extremo del espectro político español.