En su artículo, 'Una corona deslucida', el prestigioso diario británico relata la delicada situación de la monarquía en nuestro país debido a las informaciones que no dejan de empañar la imagen de Juan Carlos I y, por ende, de la dinastía Borbón. 

En pleno subtítulo destaca cómo sus "finanzas y amantes avergüenzan a la monarquía". Repasa la trayectoria del emérito, "respetado durante largo tiempo por salvaguardar la transición a la democracia" y "jugar un papel crucial aplastando el golpe de Estado de 10981".

Sin embargo, señala que "cayó en desgracia" en 2012 cuando se rompió la cadera en Botsuana mientras cazaba elefantes. Momento en el que se empezó a descubrir públicamente su relación con Corinna Larsen. A partir de ahí, los ingleses se hacen eco de las fundaciones en paraísos fiscales, las comisiones ilegales millonarias o las transferencias a la examante, que han llevado al sector más a la izquierda del Gobierno de coalición a "empujar públicamente a Felipe a castigar más a su padre, quizá desalojándolo del Palacio de la Zarzuela".

Respecto al actual monarca, destacan el rechazo a la herencia de su padre o la decisión de retirarle el sueldo, y apuntan que Felipe VI creció viendo a su padre "coleccionar amantes como si fueran regalos de estado". Añaden que "ha estado a la altura" de su promesa de "una monarquía renovada para una nueva era".

The economist da 'la puntilla' asegurando que el sentimiento republicano va creciendo en un país donde la monarquía no ha dejado de estar bajo escrutinio y los Borbones ya han sido expulsada tres veces: el destierro en 1808 de José Bonaparte, el que supuso la revolución 'Gloriosa' de 1968 y el que se produjo en 1931 con la proclamación de la II República. 

Añaden también las declaraciones de Charles Powell, director del Real Instituto Elcano, en las que afirma que Juan Carlos es "tóxico" y a Felipe VI le costará "restaurar el respeto y la confianza (...) Hay muy poca simpatía por la institución ahora".