La relación entre José María Aznar y Mariano Rajoy viene siendo mala desde hace años y la noticia de la ruptura entre la fundación FAES y el PP no lleva a mucha sorpresa, sin embargo, lo que ha pesado más es el dinero -poderoso caballero. Este lunes, la fundación que encabeza el expresidente anunciaba en un comunicado que continuará en solitario, “sin someterse a ningún partido”, y, exclusivamente, con financiación privada. En esto último está la cuestión.

Un 70% menos de fondos
A FAES le resulta más rentable buscar fondos privados y estos son incompatibles con la financiación pública, que se ha reducido considerablemente en los últimos años, hasta llegar, en el caso de la fundación de Aznar hasta un 70% de recorte.

En un comunicado, FAES anunciaba este lunes que en su nuevo órgano de gobierno no habrá vocales natos del partido, según el acuerdo firmado por la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal y el secretario general de FAES, Javier Zarzalejos, el pasado día 30.

Las críticas de Aznar
El comunicado recurre a amables palabras al recordar “la estrecha y fructífera relación que han desarrollado en los terrenos ideológico, programático y de formación política". Pero en la memoria general están los múltiples desencuentros de los últimos años entre Rajoy y su mentor.

El expresidente no ha dejado de criticar la gestión de Mariano Rajoy al frente del partido y del Gobierno, como ocurrió tras las elecciones catalanas, en septiembre de 2015, cuando le reprochó desoír al electorado.

Uno de los últimos tirones de orejas llegó el pasado mayo, cuando Aznar criticó al Gobierno de Rajoy por “relajarse” con el déficit. La crítica obtuvo respuesta del Ejecutivo y esta llevó, finalmente, a la réplica del expresidente desde las páginas del diario ABC.

 Un nuevo liderazgo para el PP

Tal vez, el ataque más duro llegó antes del 26-J, cuando Aznar habló de la necesidad de que los líderes políticos hagan “sacrificios personales”, apuntando a la renuncia de Rajoy. En marzo, durante un homenaje a Vargas Llosa, ya el expresidente había pedido ante la presencia de su sucesor  en el PP “nuevos liderazgos” que ejerzan atracción “social, moral y política a la altura de los desafíos que tenemos ante nosotros”. Unos meses antes, tras las elecciones generales, en las que los populares perdieron 3,6 millones de votantes, Aznar pidió un congreso abierto, para “que los militantes puedan definir el futuro de nuestro proyecto y elegir la dirección del partido". Rajoy le replicó entonces que él sería siendo el candidato.

Sin embargo, estos tira y afloja se han mantenido durante años, sin que llevaran a la ruptura entre la fundación y el PP de Rajoy, por lo que no es gratuito concluir que en la relación de amor odio entre Aznar y Rajoy pesó más el dinero.