“Hemos perdido la Junta”, este es el mensaje de WhatsApp que pasadas las 21:30 horas empezó a circular este domingo de móvil a móvil entre muchos dirigentes del PSOE de Andalucía, pero también entre interventores, apoderados y militantes de un partido que tras 36 años en San Telmo, aún no se cree lo sucedido. 

Pese a haber sido el partido más votado en siete de las ocho provincias (Almería fue la excepción), lo cierto es aún solo en la provincia de Sevilla la izquierda ganó con claridad. El PSOE tampoco alcanza con Ciudadanos los 55 diputados que necesitaría para revalidar la coalición, vigente hasta hace unos meses, con la formación de Albert Rivera. 

No cabe duda: el PSOE afronta su victoria más amarga desde la restauración de la democracia en Andalucía. Un hundimiento que deja los ánimos muy tocados en el socialismo andaluz, acostumbrado a ser hegemónico en el sur. 

“Es nuestra noche más triste”, comentaba a ElPlural.com uno de los muchos apoderados que el PSOE tenía repartidos en los colegios electores que, mesa a mesa, acabaron por confirmar la hecatombe electoral. Ayer no hubo fiestas en las casas de Pueblo. Solo los más mayores recordaban noches más traumáticas para el socialismo andaluz. 

Lo cierto es que desde el inicio de la jornada electoral, el PSOE no tenía buenas sensaciones. Susana Díaz fue increpada por dos apoderados de Vox cuando se disponía a votar en su colegio electoral. Los sucesivos avances de participación reflejaban los peores augurios: una fuerte desmovilización del electorado de izquierdas. 

Ya al inicio del recuento se hacía evidente que el voto rural era favorable de nuevo al PSOE, pero quizás no sería determinante. Dato a dato se constataba la irrupción de la extrema derecha y al final de las noches las cuentas no salían. El bloque de la derecha superaba con holgura a la izquierda. 

Se ponía así fin a 36 años de victorias consecutivas. Salvo mayúscula sorpresa, el PSOE será desalojado de San Telmo. Relegado a la oposición en la Junta de Andalucía, los socialistas se adentran en territorio desconocido: la oposición.