Lo primero que te viene a la cabeza cuando trabajas la reputación de una persona es una emoción. Es decir, “me gusta” o “no me gusta”, “me cae bien” o “me cae mal”. En política, sucede igual. Por este motivo, los valores reputacionales son un elemento crítico en las elecciones madrileñas de la próxima semana. La decisión de voto de los ciudadanos está muy ligada a su opinión sobre el candidato de cada partido.

Isabel Díaz Ayuso, visión de futuro y claridad de ideas. Rocío Monasterio, sinceridad. Edmundo Bal, persona accesible, de trato cordial. Ángel Gabilondo, buena voluntad. Mónica García, buena voluntad. Pablo Iglesias, inteligencia y perspicacia. Éstas son las cualidades que más valoran de ellos sus propios votantes, según un estudio que Thinking Heads, empresa especializada en el posicionamiento de líderes y en el análisis y la gestión de su reputación, ha realizado mediante encuestas online que recogió 1.530 respuestas entre el 23 y el 26 de abril.

Ayuso y Mónica García, las más valoradas

Este trabajo apunta que la candidata mejor valorada entre los votantes que se declaran de izquierdas es Mónica García, mientras que la más apreciada por los de derechas es Isabel Díaz Ayuso.Qué se valora más en los candidatos

Las cualidades más valoradas por los votantes madrileños en su candidato ideal son aquellas que tienen que ver con la capacidad de liderazgo e inspiración, por encima de su competencia como gestor. Enrique Johnson, director general de Thinking Heads, señala que hay una serie de cualidades que más se estiman. Liderazgo e inspiración se encuentran por encima de lo que es la competencia y la gestión. “Siempre pensamos que el hecho de ser un buen gestor hace que se tenga una mejor percepción, pero los resultados nos dicen que no es así. Lo que más están buscando los madrileños en sus candidatos, y sobre todo en las personas que les vayan a representar, es su capacidad de liderazgo y su inspiración para mover y empujar a la región un paso más allá”, razona.

Añade que “la reputación del candidato impacta directamente en la intención de voto sólo en un 20%”. Sin embargo, “lo que sí impacta es la reputación del candidato en la confianza que se genera en el partido y es la confianza en el partido la que mueve en un 64% la intención de voto”. En definitiva, “cuánta mejor percepción tiene el candidato, mayor impacto tiene la confianza del partido y, a su vez, de alguna manera, impacta en la intención de voto”.

Cuatro grandes dimensiones

El estudio que Thinking Heads analiza cuatro grandes dimensiones, que son liderazgo, competencia, integridad y humanidad, y su peso en la percepción de cada uno de los seis candidatos de partidos con representación en la Asamblea de Madrid.

El liderazgo es la dimensión con más relevancia (27,7%), seguida de la integridad (25,8%). Algo menos relevantes en la percepción del líder son su humanidad (23,7%) y, por último, la competencia que demuestre como político (22,8%).

Liderazgo vs humanidad

De acuerdo con el estudio, en Pablo Iglesias, la dimensión a la que se le otorga más relevancia es la integridad (un 35,3% de la valoración total), mientras que para el resto de los candidatos es el liderazgo. Esto es especialmente evidente en el caso de Edmundo Bal, para quien el liderazgo supone un 32% de su valoración como candidato.

Las expectativas sobre Mónica García están más equilibradas: 26,1% liderazgo, 25,5% competencia, 24,6% humanidad y 23,9% integridad. En el caso de Isabel Díaz Ayuso existe este equilibrio en las dimensiones de competencia, humanidad e integridad, con un peso en torno al 23%, por debajo del liderazgo, que supone casi un 29%. Un esquema similar se repite en la percepción sobre Ángel Gabilondo y Rocío Monasterio.

Cuál es la mejor y peor cualidad

Entre los votantes que se declaran de izquierdas, la candidata mejor valorada por los consultados por Thinking Heads es Mónica García, con una puntuación media de 75,2 puntos. En su caso, el electorado del espectro izquierdo resalta especialmente su buena voluntad (78,6), inteligencia (77,7) o su sinceridad y honradez (ambas con 76,8). Recibe puntuaciones más discretas en su capacidad de generar interés y adhesiones (72,1) o lograr consensos amplios con otros grupos políticos y sociales (72,3). Con respecto a la gestión, su punto fuerte estaría en la salud pública (79,1).

En el mismo espectro, Ángel Gabilondo recibe valoraciones más discretas, con una media de 64,1 puntos. Su cualidad más valorada sería su buena voluntad (71,1), honradez (69,2) y su cercanía y cordialidad (68,4). Obtiene registros más limitados con respecto a su capacidad para generar interés y adhesiones (59,7) o tener ideas inspiradoras que animen a pensar distinto (61,7). En el ámbito de gestión, destaca su valoración con respecto a la educación (67,7).

El candidato de izquierdas peor valorado por este espectro de votantes es Pablo Iglesias, de forma que le otorgan una reputación de 61,0 puntos. Destacan como sus puntos fuertes su inteligencia y perspicacia (70,8), su buena voluntad (68,9) y su visión de futuro (68,3). Por el lado negativo, resaltan las valoraciones más bajas de su sinceridad y fiabilidad (59 en ambos casos). En términos de gestión, sus fortalezas estarían en educación y medio ambiente (68,9 en los dos casos).

Entre los votantes de derechas, la mejor valorada es Isabel Díaz Ayuso, a la que otorgan una reputación de 82,2 puntos sobre 100. La cualidad por la que resulta más apreciada entre su electorado es su visión de futuro y claridad de ideas (83,3), seguida por su capacidad para generar interés y adhesiones (82,9) y su buena voluntad (82). Por el lado contrario, recoge puntuaciones más bajas en la capacidad de generar consensos (75,9) y de ser fiable (78,9). En términos de gestión, su mayor fortaleza estaría en la percepción de gestión eficaz de la Salud pública (82,9).

En contraste con ello, Rocío Monasterio obtiene unas valoraciones bastante más discretas entre este electorado, con una media de 73,6 puntos. Es especialmente valorada por su sinceridad (77), fiabilidad e inteligencia y perspicacia (75,7 en ambos casos). Su cercanía, sin embargo, es estimada con registros más bajos (70,3) y su peor nota la obtiene respecto a su capacidad para alcanzar consensos (66,2). En lo que respecta a la gestión, destaca por su defensa de la protección y seguridad ciudadana (78,8).

Teniendo en cuenta a los votantes que se declaran de centro, un candidato como Edmundo Bal recibe una valoración relativamente baja (49,5). Recoge, no obstante, mejores percepciones respecto a los atributos relativos a la humanidad: su cercanía (56,5) y su buena voluntad (56,3), además de su honradez, que no se aproveche indebidamente de su posición (53,8). Pero, obtiene puntuaciones más limitadas en atributos importantes como la capacidad de generar interés y adhesiones (45,3), además de la visión de futuro o la fiabilidad (47,5 respectivamente). Desde el punto de vista de la gestión, apenas supera el aprobado respecto a la protección y seguridad ciudadana (50,1).