Aunque hay que reconocer que es todo un éxito que el primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson, haya acudido al Parlamento para dar explicaciones el mismo día en el que ha sido señalado por el escándalo de ‘los papeles de Panama’; también hay que destacar que finalmente ha decidido no dimitir.

Gracias a la filtración de los llamados 'papeles de Panamá', se ha podido saber que él es uno de los señalados por tener empresas en el país que ha dado nombre a este nuevo escándalo, y todo para poder evadir impuestos.

La investigación relaciona directamente a Gunnlaugsson y a su mujer con Wintris, la empresa offshore con la que llegó a mover hasta 8 millones de dólares. Pese a que la oposición ya le ha exigido su dimisión y que a lo largo de la tarde de este lunes cientos de islandeses se han manifestado por lo mismo, el primer ministro ha apostado por agotar la legislatura.

Gunnlaugsson ha explicado ante la televisión islandesa que no ha pensado en dejar el cargo. Parece que prefiere llegar hasta el final de su legislatura y que después, cuando lleguen las nuevas elecciones, los ciudadanos puedan mostrar su opinión con su voto. Pero para esto habrá que esperar hasta la primavera de 2017.

Manifestaciones y firmas para su dimisión

No han pasado ni 24 horas desde que se conocieran las informaciones de 'los papeles de Panamá' y la sociedad ya se ha movilizado. De la misma manera que los ciudadanos le llevaron hasta el poder, ahora parece que se han propuesto que deje el cargo de primer ministro. Mientras que cientos de personas se manifiestan junto al Parlamento para exigir su dimisión, otras 23.000 personas han firmado para conseguir el mismo objetivo en una petición abierta en una plataforma digital.

Cuatro millones de dólares

Según ha destapado la filtración, Gunnlaugsson y su esposa, Sigurlaug Pálsdóttir, compartían como dueños una sociedad de las Islas Vírgenes Británicas, Wintris, que obtuvo hasta cuatro millones de dólares en bonos que, para mayor sorpresa, eran bonos de los tres principales bancos islandeses hundidos durante la crisis de 2008.

Hay que recordar que Gunnlaugsson llegó al poder, en parte, impulsado por su discurso en el que negaba cualquier rescate de la banca. Así, en 2009, llegó al Parlamento y a finales de ese año vendió su 50% de la empresa a su propia mujer, que quedaba como única propietaria.

Como ha aclarado que nunca usaron dicha empresa para no pagar impuestos en Islandia, el primer ministro no dimitirá. Eso sí, ha querido pedir perdón por haber abandonado una entrevista el pasado domingo. Cuando fue preguntado por este asunto, el primer ministro contestó de forma escueta y se marchó.