¿Ha decidido el Partido Popular meterse en la lavadora? Igual la respuesta es afirmativa. Quizás la queja de ‘la generación joven’ del PP en Génova, pidiendo renovación y regeneración, está escuchándose. O quizás simplemente la dirección popular considera que ya algunos y algunas de sus intocables no merecen la protección y el consiguiente desgaste, y han decidido dejarles a la intemperie. Sea lo que sea, lo cierto es que dos clásicas del partido, antiguas exalcaldesas, y que habían sido cubiertas a tiempo completo por la condición de aforadas, podrían quedar expuestas al aire libre si, como todo indica, las cámaras se disuelven y se convocan elecciones generales para junio.

Hablamos de la exalcaldesa de Jerez, María José García Pelayo, cuyo caso se encuentra en el Tribunal Supremo y a falta de poco tiempo para que se resuelva, y de la exalcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro Álvarez, que recientemente volvió a ser investigada por el Supremo.

La primera, García Pelayo se vio implicada bajo las redes de la trama Gürtel, en la concesión de una serie de adjudicaciones a empresas de Correa por los que se ganó ser investigada por un delito de prevaricación continuada y otro de falsedad en documento público. Ella negó su implicación este mismo año –“yo no fui quien firmó los contratos”, declaró el pasado mes de febrero tal y como contamos en ELPLURAL.COM-, pero el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata apuntó en el sumario que en el caso se habían cometido “groseras irregularidades” y elevó el asunto al Supremo para que vieran si cabía pedir al Congreso el suplicatorio contra ella.

La segunda, Barreiro Álvarez, está envuelta en un caso de corrupción relacionado con recalificaciones, el llamado Nova Carthago. Un caso que después de muchos cierres en falso, se ha reabierto por la petición presentada ante el Supremo por Izquierda Unida en Cartagena y dos concejales del PSOE, y que, para la desgracia de la exalcaldesa y senadora, aún parece tener mucha, mucha vida. 

Y es que en estas historias de corruptelas ambas llevan enredadas más de dos lustros y se han ido librando hasta el momento gracias a su situación de aforadas perennes.

Situación, y de ahí la razón por la que decimos que el PP las deja desprotegidas, que está a punto de modificarse. Y es que contrariamente a lo que sucedió con anterioridad, ninguna de las dos ha sido incluida en los listados de las Diputaciones Permanentes en el Congreso, donde García Pelayo es diputada, ni en el Senado, donde está integrada Barreiro.

Las Permanentes siguen ofreciendo a sus integrantes las mismas garantías y protecciones que ofrecen a senadores y diputados. Salir del resguardo de estos paraguas significa que la justicia ordinaria, no el Tribunal Supremo, podría a partir de ese momento encausarlas.

Bien es cierto que en Génova el valor no les ha llegado para también dejar ‘desprotegida’ a Rita Barberá. Aunque han intentado cubrirla con el manto más disimulado posible, y la han metido en la Comisión Permanente del Senado, pero como suplente. Eso sí, cara a mantener el aforamiento, Rita suplente está tan protegida como si fuera titular. Y es que Rita no deja de ser una indiscutible y peligrosa antigua estrella del equipo que conoce todo lo que ha pasado en el vestuario popular