No pocos ayuntamientos de España, sobre todo de las dos castillas, iniciaron una alocada carrera por tener la bandera más larga de España y para demostrar a Cataluña que el tamaño sí importa. Se gastaron ingentes cantidades de dinero en mástiles cada vez más altos, buscando la bendición de los cielos patrios cuales torres catedralicias, confeccionaron desproporcionadas telas rojigualdas que eclipsaran el sol del atardecer, y todo ello instalado en rotondas barrocas y rimbombantes, a veces sobrecargadas de ornamentación cara y prescindible, con el solo fin de buscar impresionar al vecino, al viandante que se aventuraba a entrar en la localidad por el acceso vial más importante del pueblo. Allí estaba a la vista de autóctonos y foráneos la enseña nacional para vanagloria del nacionalismo, o mejor dicho españolismo, más rancio y trasnochado, que diría M. Rajoy.

El tamaño sí importa…en euros

Las empresas fabricantes de banderas hicieron su agosto vendiendo el símbolo del unionismo en plena crisis separatista catalana, pero sobre todo fueron los chinos los que se forraron con la respuesta de cierto sector ciudadano ante el desafío secesionista. Y ahí se encontraban los ayuntamientos españolistas para rivalizar entre ellos, como el ciudadrealeño de Socuéllamos, gobernado por el bipartito PP-UPyD, que nada más acceder al gobierno municipal, tras la moción de censura presentada para desbancar a los socialistas, no se conformaron con tener la obligada bandera ondeando del balcón de las casas consistoriales y se sumaron a la carrera de a ver quien tenía la bandera más larga, sin importarles ni el precio ni la inversión para su instalación, como así ha denunciado el PSOE en nota de prensa.

8.124 euros en la rojigualda

El caso es que el Partido Popular de Socuéllamos se ha gastado para que la bandera ondee a su libre albedrio en una rotonda de la localidad la friolera de 8.124 euros. El gasto desglosado, siempre según las cuentas del PSOE, queda de la siguiente forma: la bandera y el mástil han supuesto un desembol de 4.808 euros, a los que hay que sumar los 1.952 del hormigón utilizado para su anclaje, 520 euros del emparrillado de la base, otros 602 que ha costado la excavación, además de los 242 euros del chinarro utilizado para el relleno. Un gasto total de 8.124 euros. Cifra conseguida “después de varios meses solicitando al equipo de Gobierno del PP y UPyD el coste de la colocación de una bandera de España en la rotonda de la carretera de Tomelloso”, añade el comunicado, “por fin el Grupo Municipal Socialista ha podido conocer el gasto total de la compra e instalación de la misma”.

La bandera se rajó a las pocas semanas

Pero aquí no queda el esperpento españolista. No, todavía hay más. Resulta que después de gastarse esa desproporcionada e inútil cantidad en un pueblo de 12.000 habitantes, con más de mil parados y una tasa de desempleo (20,3%), cuatro puntos por encima de la media nacional, el PSOE advierte a todos aquellos vecinos y vecinas “que se preguntan por qué está sólo el mástil sin la mencionada bandera, indicarles que ha tenido que ser devuelta porque se rajó a las pocas semanas de su instalación”. Y no es broma.

46.000 euros en dos webs

Como tampoco es broma en opinión de los socialistas el sobrecoste y la incoherencia política del Partido Popular en el Ayuntamiento de Socuéllamos, ya que en menos de cuatro años se ha contratado la realización de dos páginas webs municipales diferentes, con un gasto superior a los 46.000 euros. “Sólo 8 meses después (el PSOE sólo gobernó 8 meses), el anterior equipo de gobierno del Partido Popular decide romper con el mantenimiento que debía realizar la empresa, y ahora el actual equipo decide eliminar la web que ya nos costó a los vecinos y vecinas de Socuéllamos casi 38.000€ para encargar un nuevo portal que costará más de 8.000”, agregan, “ es decir, en total a los vecinos y vecinas de Socuéllamos nos van a costar más de 46.000 euros dos webs municipales, un gasto excesivo y elevado del cual la concejal de UPyD y socia de Gobierno del PP, Mar Delgado, es cómplice de este derroche”.