El empresario castellonense Eugenio Calabuig ha sido desde hace años un fiel comodín instrumentalizado por la mafia que campó a sus anchas por las instituciones valencianas hasta quedar al descubierto tras destaparse la trama de corrupción Gürtel. A cambio de hacerse con el control de Aguas de Valencia, Calabuig se ha prestado a toda suerte de componendas, hasta convertirse en una suerte de “banco paralelo” tanto de la Generalitat Valenciana y el PP como del Banco de Valencia, uno de los accionistas de referencia de la operadora hídrica, según reseñaba recientemente el periodista catalán Jaume Reixach.

El “pacto de valencianidad”
Por el llamado “pacto de valencianidad” sellado en 2007 para mantener el control accionarial de AVSA en manos del empresariado local, se constituyó la sociedad instrumental Agval entre destacados empresarios valencianos como la familia Calabuig -a través de Fomento Urbano de Castelló-, Luis Batalla -constructora Lubasa- y el naviero Vicente Boluda, efímero presidente del Real Madrid y actual presidente de la Asociación de Empresarios Valencians (AVE).

Después de diversas compraventas que fueron financiadas por el Banco de Valencia, la familia Calabuig se convirtió con un 76’3% en el accionista mayoritario de Agval, que a su vez controla el 60’58 del capital de la operadora del agua.

Operaciones irregulares
Como consecuencia de los negocios que mantenía con dirigentes del Banco de Valencia, Calabuig se encuentra en el punto de mira de la Justicia. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancario (FROB), actual gestor de la entidad financiera tras intervenirla en 2011, acusó hace unos meses a ex directivos del banco de crear un agujero de 137 millones de euros mediante operaciones financieras que beneficiaron a la familia Calabuig y en las que se perjudicó al banco, fundamentalmente con la pérdida de su participación mayoritaria en Agval.

En una denuncia presentada en la Audiencia Nacional, los gestores del banco culpan al ex consejero delegado de la entidad Domingo Parra y a Eugenio Calabuig de estafa, administración desleal y apropiación indebida, al realizar operaciones financieras e inmobiliarias irregulares con el propósito de que Fucsa, la empresa de la familia Calabuig, lograra la mayoría accionarial en Agval y pudiera tomar el control de Aguas de Valencia.

Un presunto soborno de 4 millones
Según la querella, Parra aprovechó su cargo en el banco para facilitar créditos a Agval con un propósito, aunque se derivaban a otro tipo de operaciones de las que se habrían beneficiado Parra y Calabuig. Además, el FROB mantiene que Calabuig habría sobornado con cuatro millones a Parra para facilitar la operación en perjuicio del banco, hechos desmentidos por el exconsejero delegado.

El empresario castellonense también utilizó a Aguas de Valencia para desviar un crédito de 55 millones concedido por el banco al Valencia CF, que sirvió para que el club superará temporalmente la quiebra, ya que Bancaja, accionista mayoritario del banco y principal acreedor de la entidad deportiva, no podía aumentar su volumen crediticio. Como garantía, Calabuig pignoró los derechos de traspaso de los jugadores del Valencia CF.

Puente entre Urdangarin y Camps
La Justicia también relaciona a Calabuig en la ramificación valenciana de la trama urdida por Iñaki Urdangarin a través del Instituto Nóos. De la investigación que lleva a cabo en Palma el juez José Castro se desprende que el presidente de Aguas de Valencia habría sido el puente entre el yerno del Rey y el expresidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps.

A través de Agval, Calabuig habría transferido 375.000 euros al duque de Palma a una cuenta suiza a nombre Robert Cockx, que actuaría como testaferro del marido de la infanta Cristina. Cockx es un empresario belga que se dedica a lograr que sus clientes consigan una menor tributación fiscal además de ocultarles su identidad.

La cantidad transferida por Calabuig se acreditaba por la mediación realizada por Urdangarín en varias operaciones internacionales de interés para Aguas de Valencia, como un proyecto para realizar un trasvase de agua en Jordania, así como la adquisición de terrenos en Tánger.