La junta directiva del Barcelona ha decidido quitarle las medallas honoríficas que en su día le concedió al caudillo Francisco Franco, dos distinciones que le fueron entregadas en 1971 y 1974. Así lo ha anunciado el portavoz barcelonista, Josep Vives. Esta decisión deberá ser ratificada por los socios en la próxima asamblea de compromisarios.

En dictadura, el Barcelona condecoró tres veces a Franco.  En concreto, en 1951 Franco recibió la insignia de oro y brillantes del club. En 1971 la medalla de oro del Palau Blaugrana. Y en 1974, la medalla de oro del 75 aniversario. Y además, tal y como desveló el periódico ‘La Vanguardia’, en las dependencias del club también había una placa de los ‘caídos por Dios y por España’ y un busto del dictador.

Medallas que contradicen la leyenda forjada a base de titulares de que “el Barça es más que un club” que siempre luchó por por la democracia y se convirtió en uno de los principales actores antifranquistas del país. Nada más lejos de la realidad.

Las ayudas del franquismo


Al margen de cuestiones ya demostradas -como que el Régimen ayudó al Barcelona en el fichaje de Ladislao Kubala desde Hungría para convertirlo en ejemplo de la lucha anticomunista y símbolo propagandista de ‘la nueva España-’, las relaciones extra futbolísticas entre el Barcelona y la dictadura fueron más que fluidas. 

Tanto es así que El Régimen llegó a evitar en varias ocasiones la quiebra el Fútbol Club Barcelona. En 1962 el franquismo aceptó la recalificación de los terrenos de Les Corts, con los que el Barcelona pudo hacer frente a la deuda que acumulaba a raíz de la construcción del ostentoso Camp Nou (que fue presupuestado inicialmente en 67 millones de pesetas pero que acabó alcanzando un coste de 230 millones).

Nueve años después, la dictadura volvió a evitar la bancarrota del club gracias a que el Consejo Nacional de Deportes acordó conceder a fondo perdido 43 millones de pesetas al Barcelona para construir el Palau Blaugrana y el Palacio de Hielo.