La política del consejos vendo que para mí no tengo que ejerce Pablo Casado comienza a ser obscena. Este jueves, en una entrevista en Espejo Público con Susanna Griso, ha acusado Alberto Garzón de minar la imagen de España hablando mal del país en el extranjero. Sin embargo, no muestra sonrojo alguno cuando él mismo se agenda giras por Europa para hacer lo propio. ¿La diferencia? El ministro de Consumo no dijo lo que el PP afirma que dijo, mientras que Casado puso en riesgo, incluso, la llegada de los fondos europeos de recuperación.

Pese a que se trata de un bulo demostrado, el líder popular insiste en que Garzón “habló mal de España”, tildando de “disparate” sus declaraciones. Cabe recordar que el titular de Consumo en ningún momento dijo que la carne exportada por España fuera de mala calidad, sino que se refirió a las macrogranjas específicamente. En cambio, Casado sí que ha cargado contra el Gobierno en sus desfiles por Bruselas en no pocas ocasiones.

La última muestra de esta insana obsesión de minar la imagen del país a nivel internacional fueron sus maniobras para frenar la derogación de la reforma laboral que, por entonces, aún no se había acordado con sindicatos y patronal. “Con la misma firmeza que algún miembro del Gobierno decía que la reforma laboral se va a derogar nosotros llegaremos hasta el final en las instituciones europeas para que la reforma laboral se mantenga”, afirmó en Bruselas el líder popular.

En los últimos meses, Casado ha hecho las veces de correveidile en Europa. Propuesta o iniciativa que no le gusta, propuesta o iniciativa que agita en la Unión Europea en busca de apoyo. A principios del mes de septiembre de 2021 asistió a una reunión con sus homólogos del Partido Popular Europeo (PPE) en Bruselas y se deshizo en reproches contra el Gobierno de España y su presidente. Alertó a toda la Unión Europea de la radicalidad de Sánchez y su presunta tendencia a quebrar la separación de poderes. Curiosa forma de impulsar la Marca España tiene el líder de la oposición.

"Estamos en Berlín, en Europa, ¿alguien me puede decir un Gobierno más radical que el de Sánchez? No hay ministros comunistas en ningún Gobierno de la UE después de la caída del Gobierno de Tsipras [Grecia]“, proclamó Casado ante sus colegas europeos. No se le puede acusar, eso sí, de ser incoherente para con el argumentario de su formación, pues la portavoz parlamentaria del Grupo Popular en el Congreso, Cuca Gamarra, firmó las mismas palabras en una rueda de prensa celebrada unos días antes: “El Gobierno de Sánchez es el más radical de toda Europa”.

Obstaculizando los fondos europeos

No es la primera vez, como decimos, que Casado se pasea vertiendo lindezas sobre el Gobierno de España. Famosa fue su desatinada estrategia de obstaculizar la llegada de los Fondos Europeos, necesarios para atajar la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus que fueron aprobados después de que Bruselas diera luz verde al Plan de Recuperación elaborado por el Ejecutivo español. Una excelente noticia que hubo quienes trataron de sabotear.

Célebres son ya las ilustres fotografías que Casado posteó en su cuenta oficial de Twitter el 29 de septiembre de 2020, cuando se reunió con los 27 embajadores de la Unión Europea en una cita nada habitual y en casa del emisario alemán: “Con los 27 embajadores de la UE he recordado mi propuesta ignorada por Sánchez de pactar el Plan de reformas y una agencia independiente para los fondos”, rezaba su tuit. En otras palabras, mientras España negociaba y se pactaban las condiciones de los fondos europeos y con el país en el punto de mira por los datos de contagios (por aquel entonces eran los más altos de la UE), el líder del PP optó por maniobrar contra Sánchez, poniendo en serio riesgo el paquete de ayudas. Casado agitó el fantasma de la desconfianza, cuestionando la gestión que harían los socialistas de los 140.000 millones que le corresponderían en los próximos tres años.

Era una cuestión nacional y era vital que existiera cierto consenso y unidad nacional para defender los intereses del país, pero el líder de la oposición escogió la opción de desgastar al Ejecutivo y torpedear los fondos. Finalmente no lo consiguió, pero no porque no se esforzara en ello.

Casado deslizó entre sus colegas europeos que España haría un uso fraudulento de las ayudas recibidas, aliándose con los denominados halcones de Europa, los cuatro grandes guardianes de la disciplina fiscal: Países Bajos, Suecia, Dinamarca y Austria. Junto a ellos, exigieron fuertes controles y condiciones al Fondo de Recuperación de los países del sur y, en consecuencia, maniobrando contra los intereses nacionales.

Génova se excusa

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, justificó este miércoles en una rueda de prensa en Génova que no consideraba que las críticas de su formación al Gobierno de Sánchez sean hablar mal de España: "Creo que el Gobierno se critica solo, no hace falta ayuda”.