En la mañana de este jueves, el diario Público revelaba que un hombre de 63 años fue detenido hace tres semanas por los Mossos d’Esquadra. El individuo planeaba atentar contra el presidente del Gobierno Pedro Sánchez aprovechando su pericia como francotirador.

Manuel Murillo Sánchez fue capturado, tal y como revela el sumario (declarado secreto hasta hace pocos días) de un proceso que instruye el Juzgado número 3 de Terrasa (Barcelona), ciudad en la que nació y donde residía. El sujeto era vigilante de seguridad y no solo le gustaban las armas, sino que tenía mano con ellas. Era capaz de modificarlas y destacaba como tirador en el club de tiro olímpico del Vallés.

Las reacciones a esta detención no se han hecho esperar y el primero de ellos fue Pablo Iglesias, secretario general de Podemos. El líder de la formación morada ha cargado contra la Audiencia Nacional porque, según ha publicado en Twitter el propio Iglesias. “Parece que el tribunal se desentiende del francotirador que quería matar al presidente porque no es terrorismo”, ha dicho. 

En esta línea han expresado su pesar varios políticos, entre los que destaca Íñigo Errejón. El candidato morado a la Comunidad de Madrid ha precisado que “en democracia el otro es adversario, no enemigo”, y “alimentar el odio es irresponsable y puede tener consecuencias terribles”.

Por otro lado, Gabriel Rufián o Alberto Garzón también han expresado su opinión sobre la detención del francotirador y la decisión de la Audiencia Nacional. El diputado de Esquerra Republicana en el Congreso ha indicado las diferencias entre lo que en otros países es un “terrorista fascista armado” mientras que en España se describiría como “un pobre hombre harto de rojos y separatas”.

El líder de Izquierda Unida y diputado en el Congreso por Unidos Podemos ha salido también en defensa de Pedro Sánchez. “Han detenido a un francotirador de ideología franquista”, señalaba el tuit de Garzón, que lamentaba, a su vez, que la Audiencia Nacional no le haya condenado y sí “a raperos por sus letras”.