“Cobarde, no tienes huevos, lo que me tengas que decir me lo dices a la cara”. Esta fue la frase que le ha costado cuatro meses de prisión militar al guardia civil Sergio Martínez Manzanera, nacido en Sabadell en 1978, pero residente en Murcia desde sus 12 años, quien en 2006 estaba destinado en Irún y se dirigió de esta forma al sargento primero de la casa cuartel. La sentencia de prisión, que la familia de Martínez Manzanera y el Sindicato Unión de Guardias Civiles consideran “desproporcionada”, vuelve a poner de actualidad la vieja polémica sobre qué régimen debe aplicarse a este Cuerpo, si disciplinario o penal.

La versión del sargento
Todo ocurrió el 31 de diciembre de 2006, cuando Martínez Manzanera se encontraba en la cocina de un cuartel militar en Irún, ayudando a preparar la cena de la Noche Vieja. El sargento, que le había relegado con anterioridad de su puesto en la cocina sin darle explicaciones, dio la orden a través de otra persona de que el guardia civil saliera de esas dependencias. Y entonces, Martínez Manzanera se dirigió al superior en los términos citados.

El sargento denunció los hechos y hubo un juicio militar, celebrado en Burgos en 2007 en el que éste aseguró que el guardia civil, además le llamó " maricón" y "le amenazó con un objeto hiriente, según narra la familia de Martínez Manzanera a ELPLURAL.COM. De los cinco testigos que declararon en el juicio, sólo uno “que no estaba en el lugar de los hechos” avaló la versión del sargento.

Un tribunal militar en Burgos archivó la causa
El tribunal de Burgos archivó la causa, porque no vio que una falta. Pero el sargento recurrió y volvió a abrirse una instrucción en La Coruña en julio de 2011 y, finalmente, se condenó a Martínez Manzanera a prisión militar. El guardia civil recurrió su caso ante el Tribunal Supremo, que lo denegó, y lo mismo ante el Ministerio del Interior, que también rechazó el indulto. Después de más de ocho años, en enero pasado, a Martínez Manzanera le dieron 72 horas para entrar en la prisión militar de Alcalá.

Desproporcionado
La familia cree que se trata de una medida “desproporcionada”. Entiende que cabía una sanción disciplinaria, pero no prisión. Una postura que comparte el Sindicato Unión de Guardias Civiles, que se muestra sorprendido porque “se desentierre ahora un caso que se pensaba cerrado”.

La prisión es sólo para infracciones graves en misiones militares
“No tiene sentido que por una infracción comprendida en el régimen disciplinario, se prive de libertad en una prisión militar a un guardia civil”, explican fuentes del sindicato a ELPLURAL.COM, y añaden que “no podemos estar sujetos a dos varas de medir, al régimen disciplinario y al Código Penal Militar”.

Según las mismas fuentes, ya durante el Gobierno de Zapatero “se llegó a un acuerdo por el que se aplicaría a los guardias civiles el régimen disciplinario, con medidas como la suspensión de sueldo, y que sólo ingresaríamos en prisión por infracciones graves realizadas en misiones militares, y no por una discusión entre un guardia y un superior”.