La candidata de Izquierda Unida-Equo al Ayuntamiento de Ávila, Leonor Sánchez, tiene 34 años y ha estado luchando para ayudar a mujeres maltratadas, inmigrantes, personas con diversas capacidades… Trabajando como activista social para cooperar con estos colectivos. Pero, parece ser que desde las redes sociales no dan importancia a todo ese recorrido, sino a su aspecto físico y su vestimenta.

Leonor habló de esto con el periódico El Español, y les contó que toda esa lluvia de insultos y descalificaciones se las está “tomando a guasa”. Es la primera vez que la aspirante aparece en unas listas electorales, y ya ha tenido que sufrir las críticas repentinas que nada tienen que ver con su carrera política.

Considero que es política lo que hacemos en la calle, y yo llevo desde la adolescencia haciendo este tipo de activismo. Desde entonces también llevo estas pintas (ríe). Estuvimos en el 15-M y todo lo que hacemos está orientado a causas sociales y feministas”, declaró Leonor Sánchez al medio citado, argumentando qué es para ella realmente hacer política.

Aunque tiene un módulo de grado medio y es educadora e intérprete ambiental, comenzó la carrera de Ciencias Políticas a los 18 años, pero no llegó a acabarla. Su vida no ha estado ligada a la política hasta ahora, aunque también participa con la Plataforma Feminista de Ávila: “Allí represento a Equo, donde hay gente de distintas asociaciones y partidos”.

Además, desde hace dos años colabora con el centro autogestionado La Casa Abril, donde se llevan a cabo toda clase de actividades y talleres de concienciación social, y que según ella explica “es apartidista, allí no se ponen etiquetas”. Aquí se ayuda a colectivos como mujeres víctimas de violencia machista, inmigrantes que necesitan ayuda cuando llegan a nuestro país, niños que necesitan despejarse y evolucionar en diferentes actividades, etc.

En cuanto a los comentarios que está recibiendo vía internet, la aspirante de Izquierda Unida-Equo dice que se lo tiene “que tomar a broma porque quienes lo reproducen son de risa”.

Leonor Sánchez tiene la cabeza rapada, llevando una cresta rosa, y se viste con cazadoras de cuero y con eslóganes antifascistas en la ropa. Su vestimenta le ha valido para que la nombren muchos usuarios como la candidata punky, además de unirle diferentes prejuicios como que tiene piojos, que se droga, que apoya a ETA, que es una okupa y una ladrona… Pero ella no se amedrenta ante los comentarios: “Me ducho y no tengo piojos. Podéis venir a mirarme la cresta que tanto os gusta”.

No tomo drogas. También os invito a comprobarlo. Ni si quiera me gusta el alcohol de alta graduación”, sigue declarando, y añade que “okupa, mendiga, vegana, comunista, malabarista, independentista y atea no son insultos, a ver cuando os entra en la cabeza”.

En cuanto a su candidatura en Ávila, ciudad que actualmente está gobernada por el PP con el apoyo de Ciudadanos, explicó su decisión de participar ahora en política: “Pienso que la lucha que hay en la calle y en las instituciones no están reñidas. Es nuestra obligación estar con la gente en las manifestaciones, pero también el estar dentro, para que las reivindicaciones se lleven a cabo. Cuando vas teniendo cierta madurez mental y política las decisiones se toman en las instituciones”. Desde la oposición, además, piden que se respete a los adversarios.